Soy
lo gris contra lo gris. Mi vida
depende de copiar incansablemente
el color de la arena,
pero ese truco sutil
que me permite comer y burlar enemigos
me ha deformado. He perdido la simetría
de los animales bellos, mis ojos
y mis narices
han virado hacia un mismo lado del rostro. Soy
un pequeño monstruo invisible
tendido siempre sobre el lecho del mar.
Las breves anchovetas que pasan a mi lado
creen que las devora
una agitación de arena
y los grandes depredadores me rozan sin percibir
mi miedo. El miedo circulará siempre en mi cuerpo
como otra sangre. Mi cuerpo no es mucho. Soy
una palada de órganos enterrados en la arena
y los bordes imperceptibles de mi carne
no están muy lejos.
A veces sueño que me expando
y ondulo como una llanura, sereno y sin miedo, y más grande
que los más grandes. Yo soy entonces
toda la arena, todo el vasto fondo marino.
miércoles, 21 de noviembre de 2018
lunes, 19 de noviembre de 2018
Testimonio
Un tiempo. Un lugar.
Un sopor, una cicatriz.
Varias disputas, el consistente elogio.
Alguna inatacable deflagración.
Cien astutos emblemas.
Cualquier bestial intensidad.
Los inexactos contornos
de fragancia injusta.
Más de dos deserciones
y breves transgresiones a la regla.
Eterna bifurcación
insólitos carriles paralelos
pero sólo
paralelos.
lunes, 22 de octubre de 2018
¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede oírme? ¿Alguien puede
oírme? ¿Alguien puede oírme?
domingo, 21 de octubre de 2018
Rastros
No tuvimos que dejar el edificio
para que la tormenta
nos sumergiera los huesos.
Río tras río tras río
navegaron todos los viernes,
y se fueron a pique en ceniza de la tierra,
memoria de tu furia, triste cara.
A través del espejo no te oigo
pero sí veo los gritos
asomando de a ratos,
desde dentro de la sombra,
de la semilla, de la herida, de la tinta.
Entonces busco refugio, busco simpleza,
al agua como al aire,
razones y excusas:
no necesita el viento a la vela
ni el crimen al castigo
ya se dijo y lo seguirán diciendo
hasta que parezca verdad la historia
de una playa sin orillas;
igual sabemos que no importa
si conocemos el camino,
el infierno nos espera paciente.
lunes, 15 de octubre de 2018
"Trópico de Cáncer" - Henry Miller (1934)
El olor que despide la mantequilla rancia al freír no es apetitoso precisamente, sobre todo cuando se cocina en una habitación en que no hay la menor forma de ventilación. Tan pronto como abro la puerta, me siento enfermo. Pero Eugene, en cuanto me oye llegar, suele abrir los postigos y retirar la sábana que está colgada como una red de pescar para que no entre el sol. ¡Pobre Eugene! Mira por la habitación los cuatro trastos que componen su mobiliario, las sábanas sucias y la palangana de lavar la ropa todavía con agua sucia, y dice: «¡Soy un esclavo!» Todos los días lo dice, no una, sino una docena de veces. Y después coge su guitarra de la pared y se pone a cantar.
Pero volviendo al olor de mantequilla rancia. También provoca sus buenas asociaciones. Cuando pienso en esa mantequilla rancia, me veo de pie en un pequeño patio antiguo, muy hediondo y lúgubre. Por las rendijas de los postigos extrañas figuras me espían: viejas con chales, enanos, proxenetas con cara de rata, judíos encorvados, midinettes, idiotas barbudos. Salen al patio tambaleándose para sacar agua o para limpiar los orinales. Un día Eugene me pidió que le vaciara el orinal. Lo llevé hasta el rincón del patio. Había un agujero en el suelo y papeles sucios tirados alrededor del agujero. Aquel pozo pequeño estaba glutinoso de excrementos, que en inglés se llaman mierda. Vacié el orinal y se oyó un chapoteo y un gorgoteo inmundos seguidos de otro chapoteo inesperado. Cuando volví, la sopa estaba servida. Durante toda la comida, estuve pensando en mi cepillo de dientes: ya está un poco viejo y las cerdas se me quedan entre los dientes.
lunes, 8 de octubre de 2018
Deal breaker
Detiene la curva
zumbido de ave en brecha anchatrayecto de derrumbe
trazado en quedarse o irse.
Mesas compartidas dos
penumbra común también;
hacía falta quedarse
entender quien permanece reina,
no cuenta si después lo sabe uno y no dos.
Válvula, ¿qué te ha costado?
Triunfos podían ser dos
pero con calavera que goza.
Fácil llegar, fácil llegar,
difícil quedarse en dos lugares tres
o en cuatro simultáneos.
Fruta roja ¿qué te costaba?
Cerró puerta como vivo ejemplo
y clausurado no se repite.
Morder la copa:
solo para quien consigue su puesto en platea
a fuerza de llegar temprano.
"Viniste", ha dicho.
"Sí, vine", he respondido,
"por ningún motivo más que las palabras."
"Mucha palabra".
domingo, 7 de octubre de 2018
"Reflexiones sobre el verso libre" (fragmento) - Thomas Stearns Eliot
Artículo publicando en la revista "New Statesman" el 3 de marzo de 1917.
(...)
No menosprecio la importancia de los servicios que han prestado los poetas modernos al explotar las posibilidades del verso sin rima. Demuestran la fuerza de un movimiento, la utilidad de una teoría. Lo que ni Blake ni Arnold pudieron realizar por sí mismos, se está haciendo en nuestra época. El "verso blanco" es la única versificación sin rima aceptada en inglés, con el inevitable pentámetro yámbico. El oído inglés es -o era- más sensible que ningún otro a la música del verso, y dependía menos de ese metro de la repetición de sonidos idénticos. No hay una campaña contra la rima. Pero es posible que el apego excesivo a la rima haya embotado el oído moderno. Prescindir de la rima no es un salto hacia la facilidad; por el contrario, impone una tensión mucho más severa. Al eliminar el eco reconfortante de la rima, queda de manifiesto de modo más inmediato el éxito o el fracaso en la elección de las palabras, en la estructura de la frase, en el orden. Suprimida la rima, el poeta se ve inmediatamente ante la barrera de las reglas de la prosa. Eliminada la rima, fluye de la palabra mucha música etérea que hasta entonces había crepitado inadvertida en los dilatados espacios de la prosa. Proscrita toda rima, muchos poetastros perderían su peluca.
Y esta liberación frente a la rima podría resultar también en una liberación de la rima. Liberada de la fatigosa tarea de completar un verso cojo, la rima podría aplicarse con mayor efecto allí donde más se necesita. Suele haber en un poema en verso blanco pasajes en que se precisa la rima para conseguir algún efecto especial, para producir una tensión repentina, para una insistencia acumulativa, para un cierto cambio de estado anímico. Pero lo cierto es que en cualquier caso el verso rimado en estrofas no perderá su puesto. Solo necesitamos el advenimiento de un escritor satírico -ningún hombre de genio escasea más para demostrar que el pareado heroico no ha perdido nada de su filo desde que lo crearon Dryden y Pope. En lo que atañe al soneto, ya no estoy tan seguro. Pero la decadencia de las estrofas intrincadas nada tiene que ver con la aparición del vers libre. Se había iniciado mucho antes. Solo en una sociedad bien trabada y homogénea, donde hay muchos que trabajan en los mismos problemas, solo en una sociedad como las que produjeron el coro griego, la lírica isabelina y las canciones del trovador, podría llegarse a la perfección en el desarrollo de esas estrofas. Y en cuanto al vers libre, llegamos a la conclusión de que no se define por la ausencia de estructura formal o de rima, porque hay otras composiciones poéticas que carecen de ellas, ni por la ausencia de metros, puesto que incluso el verso peor puede medirse; y llegamos a la conclusión de que no existe una división entre verso conservador y vers libre, porque solo hay versos buenos, versos malos y el caos.
sábado, 29 de septiembre de 2018
Preámbulo e instrucciones para dar cuerda al reloj (Julio Cortázar, 1962)
Texto perteneciente a
"Historias de cronopios y de famas" (Minotauro, 1962)
Preámbulo a las instrucciones
para dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan
un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un
calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y
esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no
te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y
pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te
regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no
es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito
desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda
todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te
regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las
joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el
miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa.
Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te
regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan
un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Instrucciones para dar cuerda al
reloj
Allá al fondo está la muerte,
pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave
de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles
despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se
va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la
sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere?
Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo
herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va
corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y
allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos
que ya no importa.
lunes, 17 de septiembre de 2018
Repetición
Ya pasó esto
alguna vez
no en el mismo
lugar, pero pasó:
la memoria del
sonido
la melodía de
falsos finales
la más santa de
las tierras
respirar
aliviado
al ver que falta
solo una semana
una lágrima al
fuego,
una oración al
aire
agosto que no puede
y no podrá,
mi peso en
tierra
la confirmación
de la locura
la certeza de
sabernos culpables
de la derrota de
los altares
buscar sin saber
que se busca
la vana gloria
de la nostalgia
hablar con
espectros y aceptar que no mienten,
que la muerte es una farsa
sabotear el sabotaje
vendar los
vendajes
la brisa que
pasea entre los árboles
el cuello que se
tiende a recibir
el abrazo de los
labios
combustión
venérea
las piernas que
recuerdan el mar
la tranquila
verdad
de tanta gente
que no conozco,
tantas nueve
semanas y media que faltan llegar…
Da igual, es tan
poca cosa
solo tiembla
todo.
domingo, 16 de septiembre de 2018
Canto ajeno XIII
Harto,
estaba harto.
En el tiempo del verano de este hemisferio,
por primera vez en mis veintinueve años de vida
comprendí que la poesía es un profesor revelando un martes a las nueve
de la mañana por qué la selva de Quiroga es sombría,
hacen suyos los versos de otros
los regurgitan
a veces no conformes con eso, y como sospechan comprenderlos,
los traducen
les adjudican proporciones áureas
los trasladan a escala 1/100
fundan generaciones
arrastran la poesía a las regiones donde nunca debió llegar
nombran múltiples nombres para nombrar lo mismo:
¿cuántos ombligos puede tener un solo vientre?
domingo, 26 de agosto de 2018
"Rayuela" (fragmento de capítulo 36 de la primera parte) - Julio Cortázar (1963)
(...) La rayuela se juega con una
piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera,
una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de
colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar
con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del
dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para
salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela
de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la
piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, (Et tous nos amours, sollozó
Emmanuèle boca abajo), lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi
nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la
infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la
especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque
se ha salido de la infancia (Je n'oublierai pas le temps des cérises, pataleó
Emmanuèle en el suelo) se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como
ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato. Que era lo que sabía
Heráclito, metido en la mierda, y a lo mejor Emmanuèle sacándose los mocos a
manotones en el tiempo de las cerezas, o los dos pederastas que no se sabía
cómo estaban sentados en el camión celular (pero sí, la puerta se había abierto
y cerrado, entre chillidos y risitas y un toque de silbato) y que riéndose como
locos miraban a Emmanuèle en el suelo y a Oliveira que hubiera querido fumar
pero estaba sin tabaco y sin fósforos aunque no se acordaba de que el policía
le hubiera registrado los bolsillos, et tous nos amours, et tous nos amours.
Una piedrita y la punta de un zapato, eso que la Maga había sabido tan bien y
él mucho menos bien, y el Club más o menos bien y que desde la infancia en
Burzaco o en los suburbios de Montevideo mostraba la recta vía al Cielo, sin
necesidad de vedanta o de zen o de escatologías surtidas, sí, llegar al Cielo a
patadas, llegar con la piedrita (¿cargar con su cruz? Poco manejable ese
artefacto) y en la última patada proyectar la piedrita contra l'azur l'azur
l'azur l'azur, plaf vidrio roto, a la cama sin postre, niño malo, y qué
importaba si detrás del vidrio roto estaba el kibbutz, si el Cielo era nada más
que un nombre infantil de su kibbutz.
-Por todo eso -dijo Horacio-
cantemos y fumemos. Emmanuèle, arriba, vieja llorona.
-Et tous nos amours -bramó
Emmanuèle.
-Il est beau -dijo uno de los
pederastas, mirando a Horacio con ternura-. Il a l'air farouche.
El otro pederasta había sacado un tubo de
latón del bolsillo y miraba por un agujero, sonriendo y haciendo muecas. El
pederasta más joven le arrebató el tubo y se puso a mirar. "No se ve nada,
Jo", dijo. "Sí que se ve, rico", dijo Jo. "No, no, no,
no." "Sí que se ve, sí que se ve. LOOK THROUGH THE PEEPHOLE AND
YOU'LL SEE PATTERNS PRETTY AS CAN BE." "Es de noche, Jo." Jo
sacó una caja de fósforos y encendió uno delante del calidoscopio. Chillidos de
entusiasmo, patterns pretty as can be. Et tous nos amours, declamó Emmanuèle
sentándose en el piso del camión. Todo estaba tan bien, todo llegaba a su hora,
la rayuela y el calidoscopio, el pequeño pederasta mirando y mirando, oh Jo, no
veo nada, más luz, más luz, Jo. Tumbado en el banco, Horacio saludó al Oscuro,
la cabeza del Oscuro asomando en la pirámide de bosta con dos ojos como
estrellas verdes, patterns pretty as can be, el Oscuro tenía razón, un camino
al kibbutz, tal vez el único camino al kibbutz, eso no podía ser el mundo, la
gente agarraba el calidoscopio por el mal lado, entonces había que darlo vuelta
con ayuda de Emmanuèle y de Pola y de París y de la Maga y de Rocamadour,
tirarse al suelo como Emmanuèle y desde ahí empezar a mirar desde la montaña de
bosta, mirar el mundo a través del ojo del culo, and you´ll see patterns pretty
as can be, la piedrita tenía que pasar por el ojo del culo, metida a patadas
por la punta del zapato, y de la Tierra al Cielo las casillas estarían
abiertas, el laberinto se desplegaría como una cuerda de reloj rota haciendo
saltar en mil pedazos el tiempo de los empleados, y por los mocos y el semen y
el olor de Emmanuèle y la bosta del Oscuro se entraría al camino que llevaba al
kibbutz del deseo, no ya subir al Cielo (subir, palabra hipócrita, cielo,
flatus vocis), sino caminar con pasos de hombre por una tierra de hombres hacia
el kibbutz allá lejos pero en el mismo plano, como el Cielo estaba en el mismo
plano que la Tierra en la acera roñosa de los juegos, y un día quizá se
entraría en el mundo donde decir Cielo no sería un repasador manchado de grasa,
y un día alguien vería la verdadera figura del mundo, patterns pretty as can
be, y tal vez, empujando la piedra, acabaría por entrar en el kibbutz.
viernes, 3 de agosto de 2018
"El extraño idioma de Kampung Sebula" - Alejandro Dolina
De "El libro del fantasma" (1999)
A finales de la década de 1950,
el profesor George Ferguson daba clases particulares de inglés en su modesto
departamento de la calle Fray Cayetano. Tenía una reputación de excéntrico que
descansaba menos en una conducta atípica que en su elevada estatura.
Los vecinos aseguraban que el
hombre era capaz de conversar en veinticinco idiomas, y el mismo Ferguson se
encargaba de fomentar esa idea mediante el uso de saludos y frases de cortesía,
mayormente en italiano. Pero al margen del fácil asombro de las viejas el
barrio, sus discípulos estaban convencidos de que era un genio.
El presente trabajo se basa en
noticias que aportaron dos de sus alumnos, los hermanos Daniel y Humberto
Giangrante. Estos jóvenes, cuya aguda inteligencia no tardaremos en ovacionar,
notaron que el profesor los despedía siempre con unas palabras que no parecían
pertenecer al idioma inglés: reser fatino propisee. Un día se atrevieron a
preguntar el significado de la frase. Ferguson reveló que aquello no era otra
cosa que un saludo bastante usual en idioma sebulés, una lengua que se hablaba
en Kampung Sebula, una región al norte de la isla de Natuna Besar, en el mar de
la China. La traducción literal era algo parecido a sea el destino propicio a
nuestro reencuentro.
Mitad por curiosidad y mitad por
eludir los rigores del estudio, los hermanos Giangrante tomaron por costumbre
interrogar a Ferguson acerca de la extraña lengua de Kampung Sebula. El
profesor no se negaba jamás y se entusiasmaba contando su juventud en aquellas
regiones e ilustrando los episodios con explicaciones filológicas que se
prolongaban muchas veces hasta el final de la clase.
Al cabo de algunos años, Daniel y
Humberto Giangrante dominaban mejor el sebulés que el idioma que habían pensado
estudiar. Llegaron a tomar someros apuntes que sirven hoy como soporte de esta
monografía.
Al parecer, la lengua en cuestión
registra influencias del neerlandés, el indonesio bahasa, el chino, el javanés,
el castellano y el inglés. Ferguson sostenía que era el idioma más complejo del
mundo. La principal dificultad estaba en el pensamiento mismo de los lugareños,
casi incapaces de concebir ideas abstractas. Sus mentes se resistían a
desligar. Cada objeto era pensado sin separarlo de sus circunstancias.
En aquella región, palabras
distintas designan a un mismo objeto en sus diferentes relaciones. La cama
ocupada se menta conun vocablo (letork); la cama vacía, con otro (kabrera) y no
comparten ambas palabras una raíz visible: el idioma sebulés no registra una
vinculación lógica entre el concepto de cama y las situaciones adjetivas. Sin
embargo, la concurrencia de dos o más partes de la oración en una misma palabra
es bastante frecuente en las lenguas más toscas.
Otra dificultad: una misma cosa
es aludida con sonidos que son diferentes según quien hable. Escuela es laborek
para un niño, tus para un adulto, lemb -que es también recuerdo- para un viejo.
Conjugaciones, declinaciones y
casos varían según la edad, el sexo, la posición social y el color del pelo del
hablante. Nada cuesta pensar que el tiempo, el progreso y las tinturas implican
ciertamente un cambio de lenguaje. Además, cabe imaginar que es indispensable
conocer todos los idiomas para poder relacionarse adecuadamente en Kampung
Sebula.
El más sencillo de los
sublenguajes era el de las mujeres solteras, de vocablos escasísimos, según
explicaba Ferguson, porque los lugareños consideraban la ignorancia como una
casta virtud.
A principios de siglo, la lengua
de los pelirrojos estaba casi extinguida, o mejor dicho, casi no había
pelirrojos en la isla.
Sólo los maestros podían hablar
idiomas ajenos a su condición. Fuera de estos casos la usurpación lingüística
era castigada severamente. El profesor Ferguson reveló confidencialmente a los
hermanos Giangrante que en ciertos cafetines de mala muerte existían hombres
que hablaban el idioma de las mujeres. El nombre que se daba a estos sujetos
variaba conforme al régimen ya expuesto.
Los pronombres personales usados
para las conjugaciones significaban lo siguiente: yo, tú, él, ella, nosotros,
nosotras, vosotros, vosotras, pocos, casi nadie, ellos, ellas, la mitad de mí mismo,
el señor gobernador.
Curiosa es la función de la
palabra ué, que sirve para indicar que la siguiente frase consigna una
falsedad. De la misma manera ueué convierte en falso todo lo que se dice a
continuación, sin otro límite que la aparición de la palabra nonset, que
anuncia la finalización de la mentira. Los hermanos Giangrante preguntaron qué
sucedía cuando el vocablo ué se presentaba en medio de una frase ya declarada
falsa por un ué anterior. Ferguson se tomó un día para responder. Después declaró
que el segundo ué debía ser tomado como una promesa de veracidad, y el tercero
como un retorno a la mentira, de suerte que un número impar de advertencias era
garantía de falsedad y un número par lo era de exactitud.
Con el tiempo los dialectos de
Kampung Sebula se fueron multiplicando, en virtud de la movilidad social y de
la inevitable superposición de jerarquías: un soltero puede ser también viejo y
morocho. Algunos espíritus nacionalistas intentaron imponer una lengua general,
con el resultado de que se convirtiera ésta en una jerga más. Debe aclararse
que la escritura sebulesa, como la china, posibilitaba por su carácter
pictográfico el entendimiento entre personas de diferentes categorías: casa era
masong para, el anciano, kosmo para el niño, ué para el vagabundo, pero siempre
se escribía dibujando una casa. Ferguson sostenía que la ausencia de algunos
vocablos en la lengua sebulesa obedecía a la dificultad existente para
dibujarlos. Los hermanos Giangrante dudaron de esta afirmación.
Los gestos no sólo enfatizaban,
sino que completaban el sentido de la lengua hablada. La mano derecha apoyada
en el hombro izquierdo indicaba el pretérito. La mano en la frente, el
subjuntivo. La mano extendida hacia adelante, el futuro. La palabra sebulesa
norm significa al mismo tiempo manco y mudo.
El lenguaje poético estaba
completamente separado del idioma cotidiano. Las palabras estaban destinadas a
facilitar la rima: todas terminaban en ero o ajo. Por lo demás, las metáforas
ya venían hechas. Ojo y lucero eran la misma palabra, como también lo eran piel
y pétalo, estrella y diamante, frío y desdén, perla y diente, desgracia y orín
de perros. Existía para cada frase un segundo sentido, perfectamente explícito,
al que recurrían los poetas, o mejor dicho, los empleados que se encargaban de
la poesía.
El profesor George Ferguson murió
en 1963. Los hermanos Daniel y Humberto Giangrante prometieron al despedir sus
restos seguir aprendiendo el sebulés y visitar la isla de Natuna Besar, en cuya
región septentrional se hallaba la ciudad de Kampung Sebula. En lo primero no
pudieron perseverar demasiado. Entre los libros y papeles de Ferguson no
hallaron ni siquiera uno que se relacionara con el lenguaje múltiple, a no ser
una serie de aparentes pictografías que al fin vinieron a revelarse como obra
de un sobrino del profesor. A pesar de esta frustración, los hermanos
Giangrante consideraron que sus conocimientos y vocabulario les permitirían
hacer pie en Kampung Sebula y empezaron a ahorrar para el viaje.
En enero de 1970, después de un
viaje agotador, llegaron a la región. Al ver a un policía, se dirigieron a él
en la lengua de los servidores públicos: -¿Dove hotel loca? El vigilante no
entendió absolutamente nada. Intentaron con otras personas utilizando todas las
variantes que conocían. Pero no obtuvieron ni siquiera una respuesta.
Encendieron la radio y lamentaron no haber prestado atención al curso de inglés
de Ferguson, pues todas las canciones estaban en ese idioma. Buscaron algunos
lugares que el profesor había evocado en las tardes de la calle Fray Cayetano:
el salón IF, donde atendían prostitutas filosóficas; la calle He-ling, en la
que era obligatorio besarse; el bar Gambrinus, donde los mozos se suicidaban si
el cliente no estaba satisfecho.
Al ver que nadie comprendía el
sebulés, los hermanos Giangrante dieron en pensar que tal vez la lengua se
había ramificado hasta existir tantos idiomas como personas. Sin embargo, un
marinero argentino les aseguró que allí se hablaba el indonesio o el inglés y
que las palabras eran más o menos las mismas para todo el mundo.
Los Giangrante sintieron crecer
en su interior una ominosa sospecha: ¿acaso el profesor Ferguson se había
burlado de ellos? ¿habían perdido su juventud estudiando un idioma inexistente,
inventado por un borracho?(1).
Las noticias sobre los hermanos
llegan apenas hasta aquí. Algunos dicen que fueron detenidos vaya a saber por
qué delito y que están sepultados en un manicomio de Kampung Sebula tratando de
congraciarse con los enfermeros hablándoles en el idioma de los trabajadores de
la salud, que es el mismo de los locos.
1 El profesor Ferguson en verdad
no bebía.
domingo, 29 de julio de 2018
Uno sesenta y cinco
Un relámpago. Noche. Fugitiva belleza. (*)
Uno sesenta y cinco
crispó el puente
pies diminutos, presente estado
cabello gira, costa próxima
de la nada, ¿no?
todavía besa con saliva
enjambre crispación,
las suaves olas frías
cálculo desatado:
¿pensará en quedarse
o en salir?
evitable comparación, rotunda
y métrica, hasta tiene rima
diapasonado
como supuesta secreta pulsación
es el rastro y despista
bordea alucine
pero preferible
a dormir buscando en el sueño
cadera combustión, ojos oscuros
dos orbitales inquietudes
intrascendente trastoca la tristeza
infranqueable disipación
por eso mismo plácida
amplificada enmudece colapso
permite urdir
aunque sea en dos palabras
testimonio digresión
inmoviliza el caudal
celebrando lo inútil, pero fundamental
del reflejo
sin pena ni gloria.
(*) Charles Baudelaire, A
una transeúnte.
viernes, 27 de julio de 2018
Territorio
La forma de los mapas
barajan los elementos,
absolutos, ni un lugar ni otro,
aquí y mañana,
nunca de noche ni aislado,
no la salvación que esperamos.
El centro de atención en cada barrio del
mundo
es la risa del siguiente;
la debilidad de seguir de largo,
la franqueza magnética de la deuda.
(2006)
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lunes, 23 de julio de 2018
Sequía
Aquella noche fue todo un éxito.
lo vi y también me lo contaron,
y cada nuevo relato me resultaba un poco más gracioso.
Era una mujer alta y desgarbada,
no sabíamos mucho sobre ella,
creo que imaginamos que tenía un trabajo
al que odiaba;
y atravesaba un bloqueo creativo
hacía más de veinte años,
hacía más de veinte años,
pero solo lo imaginamos.
Era alta y liviana.
Recorría esos diminutos hospicios
donde se juntan cada quince días
algunos poetas y sus amigos
a beber y fumar
y a limitarse a la pena
como único tema.
Su acto era el siguiente:
soltaba algunos elementos cotidianos al suelo
y los pisoteaba
(objetos cotidianos, baratos, multiformes)
soltaba también algunas frases breves al aire
(casi no escribía, solo personificaba algo,
espero que ella tuviera claro qué era)
acerca de la pena,
únicamente acerca de la pena
y avanzaba al cierre, siempre el mismo:
extraía de su bolso un frasco minúsculo
casi lleno de gotas de su sangre
que extraía de a poco,
con la cautela con que se manipulan los objetos escasos.
En la sangre mojaba una pluma
y con ella escribía una palabra, una sola,
sobre una hoja, en silencio,
lo exhibía
y ese era el fin de su acto
y el auditorio aserraba el silencio con aplausos,
cada vez.
Nunca supimos cómo, ni por qué,
un día su acto cosechó fama
intentamos imaginarlo, poco después de aquella noche
pero nos aburrimos al poco rato.
Comenzamos a ver carteles con su cara
en las paredes de los bares que frecuentábamos,
y en las avenidas después.
Fue creciendo el auditorio,
y como es lógico,
creció el tamaño del lienzo del gran desenlace,
ya no alcanzaba con una hoja oficio
o A4.
Extendió la duración del acto
para justificar el precio de las entradas
sin modificar el desarrollo,
ni el gran remate.
Aumentó también el caudal de las extracciones,
muy de a poco.
Su manager propuso sustituir la sangre
por una mezcla de plasma de cerdo y tinta
pero ella jamás lo aceptó.
Aquella noche dibujó una palabra sobre el lienzo,
de esas que se balbucean sólo una vez
en la vida.
Acto seguido
se derrumbó
de cara al escenario
seca
igual a su lienzo.
domingo, 22 de julio de 2018
Mi genio amor
fabuloso alfabeto flamea
conflicto alveolar, lírico
por todo obvio olvido
renace, ruge y remonta
escape del escape
nublado en mente
ciencia cierta, ciega ciudad
incluye distancia incipiente
lunes, 9 de julio de 2018
Utopía
Susurra dios y grita el diablo
todo al mismo tiempo,
cierra la cuenta y cae el dado
se abre la salida y se cierra,
la basura reinante,
la cruzada entresienes
con frecuencia tiene pausa
si satisface, la cura no importa
si produce, resiste.
Comienza a valer la pena
sin muro para calmar los ánimos
el vendaval de la noche, el deslumbrante día
pupila de altamar, cuadrúpeda y concreta,
murmullo a voces, carrera en círculos,
balance en el filo
respuesta en vano,
tiembla, huye y vuelve
fulminante a tierra
pregunto por qué
dice vuelva mañana
si certero, acierto
la marca en el ojo, en la piel
en el calendario, en las horas
pero nunca alcanza el volumen
el camino, la distancia, los pasos
tampoco la altura del cielo,
el peso de la tierra, el sabor del aliento.
jueves, 21 de junio de 2018
"Fuegos" (fragmentos) - Marguerite Yourcenar (1974)
Espero que este libro no sea leído jamás.
*
Existe entre nosotros algo mejor que un amor: una
complicidad.
*
Cuando estás ausente, tu figura se dilata hasta el punto de
llenar el universo. Pasas al estado fluido, que es el de los fantasmas. Cuando
estás presente, tu figura se condensa; alcanzas las concentraciones de los
metales más pesados, del iridio, del mercurio. Muero de ese peso, cuando me cae
en el corazón.
*
Soledad. . .yo no creo como ellos creen, no vivo como ellos
viven, no amo como ellos aman...moriré como ellos mueren.
*
El alcohol desembriaga. Después de beber unos sorbitos de
coñac, ya no pienso en ti.
*
Nos acordamos de nuestros sueños, pero no recordamos nuestro
dormir. Tan sólo dos veces penetré en esos fondos, surcados por las corrientes,
en donde nuestros sueños no son más que restos de un naufragio de realidades
sumergidas. El otro día, borracha de felicidad como uno se emborracha de aire
al final de una larga carrera, me eché en la cama a la manera del nadador que
se lanza de espaldas, con los brazos en cruz: caí en un mar azul. Adosada al
abismo como una nadadora que hace el muerto, sostenida por la bolsa de oxígeno
de mis pulmones llenos de aire, emergí de aquel mar griego como una isla recién
nacida. Esta noche, borracha de dolor, me dejo caer en la cama con los gestos
de una ahogada que se abandona: cedo al sueño como a la asfixia. Las corrientes
de recuerdos persisten a través del embrutecimiento nocturno, me arrastran
hacia una especie de lago Asfaltita. No hay manera de hundirse en este agua
saturada de sales, amarga como la secreción de los pájaros. Floto como la momia
en su asfalto, con la aprensión de un despertar que será, todo lo más, un
sobrevivir. El flujo y reflujo del sueño me hacen dar vueltas, a pesar mío, en
esta playa de batista. A cada momento, mis rodillas tropiezan con tu recuerdo.
El frío me despierta, como si me hubiera acostado con un muerto.
*
Podrías hundirte de un solo golpe en la nada, adonde van los
muertos: yo me consolaría si me dejaras tus manos en herencia. Sólo tus manos
subsistirían, separadas de ti, inexplicables como las de los dioses de mármol
convertidos en polvo y cal de su propia tumba. Sobrevivirían a tus actos, a los
miserables cuerpos que han acariciado. Entre las cosas y tú no harían ya de
intermediarios: ellas mismas se transformarían en cosas. Inocentes de nuevo,
pues tú ya no estarías para hacer de ellas tus cómplices, tristes como galgos
sin dueño, desconcertadas como arcángeles a quienes ningún dios da ya órdenes,
tus inútiles manos reposarían sobre las rodillas de las tinieblas. Tus manos
abiertas, incapaces de dar o de recibir ninguna alegría, me habrían dejado caer
como una muñeca rota. Beso, a la altura de la muñeca, esas manos indiferentes
que tu voluntad no aparta ya de las mías; acaricio la arteria azul, la columna
de sangre que, antaño, incesante como el chorro de una fuente, surgía del suelo
de tu corazón. Con sollozos pequeños y satisfechos reposo la cabeza como una
niña entre esas palmas llenas de estrellas, de cruces, de precipicios de lo que
fue mi destino. No tengo miedo de los espectros. Sólo son terribles los vivos,
porque poseen un cuerpo.
*
No hay amores estériles. Y es inútil tomar precauciones.
Cuando te dejo llevo dentro de mí el dolor, como una especie de hijo horrible.
*
Se llega virgen a todos los acontecimientos de la vida.
Tengo miedo de no saber cómo arreglármelas con mi dolor.
*
Un dios que quiere que yo viva te ha ordenado que dejes de
amarme. No soporto bien la felicidad. Falta de costumbre. En tus brazos, lo
único que yo podía hacer era morir.
*
Utilidad del amor. Los voluptuosos se las componen para
realizar sin él la exploración del placer. No se sabe qué hacer con el deleite
durante una serie de experiencias sobre la mezcla y combinación de los cuerpos.
Después, se da uno cuenta de que aún quedan descubrimientos por hacer en tan oscuro
hemisferio: Necesitábamos el amor para que nos enseñara el Dolor.
*
Ardiendo con más fuegos... Animal cansado, un látigo de
llamas me azota con fuerza las espaldas. He hallado el verdadero sentido de las
metáforas de los poetas. Me despierto cada noche envuelta en el incendio de mi
propia sangre.
*
Nunca he conocido otra cosa que no fuera la adoración o el
desenfreno... ¿Qué estoy diciendo? Nunca he conocido sino la adoración o la
compasión.
*
Los cristianos rezan ante la cruz y la besan. Les basta ese
trozo de madera, aun cuando de él no cuelgue ningún Salvador. El respeto debido
a los ajusticiados acaba por ennoblecer el inmundo aparato del suplicio: no
basta con amar a las criaturas; hay que adorar asimismo su miseria, su
envilecimiento, su desdicha.
*
Se dice: loco de alegría. También podría decirse: cuerdo de
dolor.
*
Poseer es lo mismo que conocer: las Escrituras siempre
tienen razón. El amor es brujo: sabe los secretos; es un zahorí: conoce los
manantiales. La indiferencia es tuerta; el odio es ciego; ambas tropiezan una
al lado de la otra y caen a la fosa del desprecio. La indiferencia ignora; el
amor sabe; deletrea la carne. Hay que gozar de un ser para tener ocasión de
contemplarlo desnudo. Ha sido preciso que yo te ame para llegar a comprender que
la más mediocre o la peor de las personas humanas es digna de inspirar allá
arriba el sacrificio de Dios.
*
El amor es un castigo. Somos castigados por no haber podido
quedarnos solos.
*
Hay que amar mucho a una persona para arriesgarse a padecer.
Tengo que amarte mucho para ser capaz de padecerte.
*
Me es imposible no ver en mi amor una forma refinada del
libertinaje, una estratagema para pasar el tiempo, para prescindir del Tiempo.
El placer efectúa en pleno cielo un aterrizaje forzoso, envuelto en el ruido de
motor loco de los últimos estremecimientos del corazón. La oración se eleva en
vuelo planeado; el alma arrastra al cuerpo en la asunción del amor. Para que
una asunción sea posible hace falta un Dios. Tú posees precisamente la belleza
justa, la ceguera y las exigencias convenientes para ocupar el lugar de un
Todopoderoso. He hecho de ti, a falta de algo mejor, la piedra angular de mi universo
Tus cabellos, tus manos, tu sonrisa recuerdan desde lejos a
alguien que yo adoro. ¿Y a quién? A ti.
*
Las dos de la madrugada. Las ratas roen en los cubos de
basura los restos de un día muerto: la ciudad pertenece a los fantasmas, a los
asesinos, a los sonámbulos. ¿Dónde estás tú, en qué cama, en qué sueño? Si
tropezara contigo, pasarías sin verme, pues no somos percibidos por nuestros
sueños. No tengo hambre: no consigo digerir mi vida esta noche. Estoy cansada:
anduve toda la noche para escapar de tu recuerdo. No tengo sueño: ni siquiera
siento apetito de la muerte. Sentada en un banco, embrutecida a pesar mío por
la llegada de la mañana, dejo de recordar que trato de olvidarte. Cierro los
ojos... Los ladrones sólo desean nuestras sortijas; los amantes, la carne; los
predicadores, nuestras almas; los asesinos, la vida. Pueden quitarme la mía:
los desafío a que cambien algo en ella. Echo hacia atrás la cabeza para sentir
por encima de mí el murmullo de las hojas... Estoy en el bosque, en un campo...
Es la hora en que el Tiempo se disfraza de barrendero y Dios tal vez de
trapero. El, el avaro, el testarudo; él, que no consiente ver perderse una
perla entre el montón de conchas de ostras a las puertas de las tabernas. Padre
nuestro que estás en los cielos...¿Veré yo venir alguna vez a un hombre viejo,
con un abrigo pardo, con los pies llenos de barro por haber atravesado Dios
sabe qué río para reunirse conmigo? Se dejaría caer en el banco, apretando en
su puño cerrado un valioso regalo que bastaría para cambiarlo todo. Separaría
los dedos lentamente, uno tras otro, con prudencia, pues el regalo podría
echarse a volar... ¿Qué llevaría en su mano? ¿Un pájaro, una semilla, un
cuchillo, una llave para abrir la lata de conserva del corazón?
*
¿Ingenio? ¿En el dolor? Puede ser, pues hay sal en las
lágrimas...
*
¿Miedo de nada? Tengo miedo de ti.
*
Dejar de ser amada es convertirse en invisible. Tú ya no te
das cuenta de que poseo un cuerpo.
*
Entre la muerte y nosotros no hay, en ocasiones, sino la
densidad de un único ser. Una vez desaparecido ese ser, ya no queda más que la
muerte.
*
¡Qué insípido hubiera sido ser feliz!
*
No me mataré. Se olvidan tan pronto de los muertos...
*
No puede construirse una felicidad sino sobre unos cimientos
de desesperación. Creo que voy a poder ponerme a construir.
*
Que no se acuse a nadie de mi vida.
*
No se trata de un suicidio. Sólo se trata de batir un record.
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