Harto,
estaba harto.
En el tiempo del verano de este hemisferio,
por primera vez en mis veintinueve años de vida
comprendí que la poesía es un profesor revelando un martes a las nueve
de la mañana por qué la selva de Quiroga es sombría,
hacen suyos los versos de otros
los regurgitan
a veces no conformes con eso, y como sospechan comprenderlos,
los traducen
les adjudican proporciones áureas
los trasladan a escala 1/100
fundan generaciones
arrastran la poesía a las regiones donde nunca debió llegar
nombran múltiples nombres para nombrar lo mismo:
¿cuántos ombligos puede tener un solo vientre?
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