Un relámpago. Noche. Fugitiva belleza. (*)
Uno sesenta y cinco
crispó el puente
pies diminutos, presente estado
cabello gira, costa próxima
de la nada, ¿no?
todavía besa con saliva
enjambre crispación,
las suaves olas frías
cálculo desatado:
¿pensará en quedarse
o en salir?
evitable comparación, rotunda
y métrica, hasta tiene rima
diapasonado
como supuesta secreta pulsación
es el rastro y despista
bordea alucine
pero preferible
a dormir buscando en el sueño
cadera combustión, ojos oscuros
dos orbitales inquietudes
intrascendente trastoca la tristeza
infranqueable disipación
por eso mismo plácida
amplificada enmudece colapso
permite urdir
aunque sea en dos palabras
testimonio digresión
inmoviliza el caudal
celebrando lo inútil, pero fundamental
del reflejo
sin pena ni gloria.
(*) Charles Baudelaire, A
una transeúnte.
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