Rodeado de
flores, libo solo,
ante un
jarro de vino.
Alzando la
copa, convido a la luna.
Con mi
sombra, somos tres.
Aunque la
luna no puede beber,
y mi sombra
en vano me sigue,
las tomo
por compañeras transitorias.
¡Divirtámonos antes de que pase la primavera!
Canto,
mientras la luna pasea.
Bailo,
mientras mi sombra vacila.
Antes de mi
embriaguez nos solazamos juntos.
Cuando
estoy ebrio, se deshace nuestra compañía.
¡Oh luna!
¡Oh sombra! Seréis mis inmortales amigas.
Ya nos
reuniremos algún día
en el
cristalino mundo de las estrellas.
NOSTALGIA
EN UNA NOCHE SILENCIOSA
Brillantes
luces inundan mi lecho.
¿Será la
escarcha sobre la tierra?
Alzo los
ojos y veo la luna.
Al bajar la
cabeza, añoro mi hogar.
GRAZNIDOS
NOCTURNOS DE LOS CUERVOS
Amarillas
nubes flotan
encima de
las murallas.
Los negros
cuervos que tornan
graznan
sobre las ramas.
Tras la
nebulosa cortina,
murmura la
joven esposa,
sumida en
la melancolía.
Abandona la
lanzadera,
y añora al
amado que corre tierras remotas.
De noche, sus lágrimas caen cual lluvia
De noche, sus lágrimas caen cual lluvia
en la
soledad de su alcoba.
GOZO DEL
VIAJERO
El viajero
cabalga el viento,
que lo
lleva a tierras lejanas,
como un ave
que emprende el vuelo,
sin dejar
su rastro en el cielo.
DIFÍCIL EL
CAMINO
El vino de
mi copa dorada
vale diez
mil monedas de cobre,
y los
manjares de mis platos de jade,
otro tanto.
Pero no los
puedo tomar:
abandono la
copa y los palillos.
Desenfundo
mi espada
y miro a mi
alrededor
con el
corazón perturbado.
Quiero
cruzar el río Amarillo,
pero está
congelado.
Quiero
escalar el monte Taishan,
pero las
nieves nublan el cielo.
Ocioso, me
siento a pescar
en un
arroyo diáfano.
De pronto,
sueño que llego,
en una
barca, a la capital.
¡Qué
difícil es el camino!
¡Qué arduo
es el sendero!
¡Qué
numerosas son las encrucijadas!
¿Cómo voy a
encontrar la salida?
Mas, algún
día, navegaré viento en popa,
y
atravesaré el inmenso océano.
MARCHA
MILITAR
Montado en
su caballo alazán,
sobre una
nueva silla
tachonada
de jade blanco,
el jinete
trota en el campo de batalla,
inundado de frías luces de luna.
inundado de frías luces de luna.
Finaliza el
combate.
Los ecos de
los tambores
siguen
resonando desde la muralla.
En el sable
de oro, ya envainado,
aún no se
seca la sangre.
CACERÍA
Los jóvenes
de la frontera
pasan su
vida sin leer una letra.
No saben
sino cazar,
orgullosos
de su agilidad y presteza.
En otoño
sus caballos tártaros,
fuertes,
necesitan pastos.
Entonces
montan sobre ellos,
soberbios y
raudos relámpagos.
Sus látigos
dorados
acarician
la nieve silbando.
Medio
ebrios, llevando sus halcones,
se van a
las afueras.
Tensan sus
arcos,
y nunca
yerran el blanco.
Al lanzar
una flecha,
caen dos
grullas juntas.
Al borde de
la laguna,
los
espectadores quedan boquiabiertos.
Su bravura
y valentía
estremecen
el desierto.
Encerrado
entre cortinas
hasta que
blanqueen sus cabellos,
¿cómo podrá
el inútil letrado
igualarse a
los caballeros?
AUTOABANDONO
Ensimismado
por el vino,
no advierto
el crepúsculo,
hasta que
los pétalos caídos
cubren mi
túnica arrugada.
Embriagado,
me levanto y retorno,
guiado por
la luna del arroyo,
sin pájaros
ni gente que me acompañe.
UNA NOCHE
ENTRE AMIGOS
Para
ahuyentar
las eternas
tristezas del mundo,
nos
entregamos a beber,
centenares
de jarros.
La hermosa
noche nos invita
a íntimos
coloquios,
y la
brillante luna nos quita el sueño.
Ya ebrios,
nos
acostamos en la yerma montaña.
El cielo es
nuestra manta,
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