LA
CIUDAD
Dijiste:
"Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra
ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo
esfuerzo mío es una condena escrita;
y está
mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi
espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde
mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras
ruinas de mi vida veo aquí,
donde
tantos años pasé y destruí y perdí".
Nuevas
tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La
ciudad te seguirá. Vagarás
por las
mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en
estas mismas casas encanecerás.
Siempre
llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperesno
hay
barco para ti, no hay camino.
Así
como tu vida la arruinaste aquí
en este
rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.
TERMINADO
En
medio del temor y las sospechas,
con espíritu
agitado y ojos de pavor,
nos
consumimos y planeamos cómo hacer
para
evitar el seguro
peligro
que así terriblemente nos amenaza.
Y sin
embargo estamos equivocados, ése no está en nuestro camino:
falsos
eran los mensajes (o no los escuchamos, o no los entendimos
bien).
Otra catástrofe, que no la imaginábamos,
repentina,
violenta cae sobre nosotros
y no
preparados -de dónde tiempo ya- nos arrebata.
ITACA
Cuando
salgas en el viaje, hacia Itaca
desea
que el camino sea largo,
pleno
de aventuras, pleno de conocimientos.
A los
Lestrigones y a los Cíclopes,
al
irritado Poseidón no temas,
tales
cosas en tu ruta nunca hallarás,
si
elevado se mantiene tu pensamiento, si una selecta
emoción
tu espíritu y tu cuerpo embarga.
A los
Lestrigones y a los Cíclopes,
y al
feroz Poseidón no encontrarás,
si
dentro de tu alma no los llevas,
si tu
alma no los yergue delante de ti.
Desea
que el camino sea largo.
Que
sean muchas las mañanas estivales
en que
con cuánta dicha, con cuánta alegría
entres
a puertos nunca vistos:
detente
en mercados fenicios,
y
adquiere las bellas mercancías,
ámbares
y ébanos, marfiles y corales,
y
perfumes voluptuosos de toda clase,
cuanto
más abundantes puedas perfumes voluptuosos;
anda a
muchas ciudades Egipcias
a
aprender y aprender de los sabios.
Siempre
en tu pensamiento ten a Itaca.
Llegar
hasta allí es tu destino.
Pero no
apures tu viaje en absoluto.
Mejor
que muchos años dure:
y viejo
ya ancles en la isla,
rico
con cuanto ganaste en el camino,
sin
esperar que riquezas te dé Itaca.
Itaca
te dio el bello viaje.
Sin
ella no hubieras salido al camino.
Otras
cosas no tiene ya que darte.
Y si
pobre la encuentras, Itaca no te ha engañado.
Sabio
así como llegaste a ser, con experiencia tanta,
ya
habrás comprendido las Itacas qué es lo que significan.
TROYANOS
Son los
esfuerzos nuestros, de los desventurados,
son los
esfuerzos nuestros como los de los troyanos.
Algo
conseguimos; nos reponemos
un
poco; y empezamos
a tener
coraje y buenas esperanzas.
Pero
siempre algo surge y nos detiene.
Aquiles
en el foso enfrente a nosotros
sale y
con grandes voces nos espanta.-
Son los
esfuerzos nuestros como los de los troyanos.
Creemos
que con decisión y audacia
cambiaremos
la animosidad de la suerte,
y nos
quedamos afuera para combatir.
Mas
cuando sobreviene la gran crisis,
nuestra
audacia y decisión desaparecen;
se
turba nuestra alma, paralízase;
y en
torno de los muros corremos
buscando
salvarnos con la fuga.
Empero
nuestra caída es cierta. Arriba,
sobre
las murallas, comenzó ya el lamento.
Lloran
sentimientos y recuerdos de nuestros días.
Amargamente
por nosotros Príamo y Hécuba lloran.