domingo, 11 de diciembre de 2016

"Oda a Los Angeles, pensando en Brian Jones muerto" - Jim Morrison (1969)

(Poema de Jim Morrison distribuido entre el público de los conciertos de The Doors, en Estados Unidos, poco después de la muerte de Brian Jones, de los Rolling Stones, ahogado en una piscina el 3 de Julio de 1969).



Soy un habitante de una ciudad.
Acaban de darme el papel
del Príncipe de Dinamarca.

Pobre Ofelia.

Los fantasmas que él nunca vio
vagando hacia su funesto destino
en un candelabro.

Vuelve, guerrero valiente
sumérgete
en otro canal.

Una cálida piscina resbaladiza
dónde está Marrakech
bajo las caídas
el vendaval
dónde han ido a parar los salvajes
al atardecer
monstruos del ritmo.

Has dejado tu
nada
para enfrentarte
al Silencio.

Espero que te hayas ido
con una Sonrisa
como un niño
en la plácida frontera
de un sueño.

El hombre ángel
se enfrenta a las Serpientes
con manos
y dedos.

Y ha acabado por reivindicar
esta alma
benévola.

Ofelia.

Se va, empapada
en seda.

Sueño
de cloro
testigo
loco ahogado
el salto, el trampolín
la piscina.

Eras un luchador
una musa adamascada y almizclada.

Eras el sol
desteñido
por la t.v. de la tarde.

Sapos cornudos
francotirador de pupila amarilla.

Mira a qué te ha conducido.

Al paraíso de la comida
con los caníbales
y los judíos.

El jardinero
descubrió
el cuerpo, inerte, Flotante.

Rígido y feliz
de qué verdusca materia
estabas hecho.

Agujeread la piel
de la diosa.

¿Apestará
cuando ascienda a los cielos
a través de las salas
de música?

Ninguna posibilidad.

Réquiem por un grande.

Esa sonrisa
esa mirada de sátiro
porcino
se ha elevado saltando


al barro.




sábado, 10 de diciembre de 2016

Me preguntan si he leído lo último editado por Visor

Me preguntan si he leído
lo último editado por Visor.
Poesía moderna –me recomiendan.-
De nombre envisonado, lujoso
                                           para la emisión.
La está rompiendo en Escandinavia –me recalcan.
La versión Amazon de la literatura
      como vender cien mil ejemplares
      y una campaña de hashtags hartos del bit
      la versión ORT de la metáfora.
EL VERSO SIN PREMIO SE COBRA EN REVERSO.

Considerado así,
                       en el segmento de mercado al que pretende integrarse
al de la letra escrita,
a la misma altura de anaquel
de los relatos de viajes por Oriente
Y TODA LA HISTORIA COMPLETA Y SIN MÁS SECRETOS
de un futbolista de veintiún años
entonces entenderé, solo dada esa condición
-que el trabajo resultante sea un fin en sí mismo-
y no demostrar su eficiencia
                                        de un modo novedoso
                                        y escribir con la tribuna como musa.


No, no los he leído
por más que se haya hecho público el anuncio
durante dos semanas en la portada del periódico de mayor tirada.
Aunque se colara entre los anuncios de fungicida
y una pronta entrega desbaratada a destiempo
y no es una cuestión de orgullo mal entendido,
sino de puro y bruto ABURRIMIENTO.

No los leeré
a los convencidos de que el mundo morirá antes que ellos
a los príncipes de Dinamarca
a los cuerpos muertos muertos muertos
                                                         flotando en piscinas
                                                         convencidos de que es aire el cloro
                                                                     que les estalla
                                                                     los pulmones.

Saltaré del barco
antes de compartir cubierta
                                        bocado caníbal
            la mordedura de rata, portadora de enfermedades               sin nombre todavía.

No los leeré
sería firmar mi capitulación
y aceptar que el mando de mi ejército
cayó en manos de un imbécil.
Me enloquecerá la fiebre
antes de aceptar la dosis salvadora de penicilina
que me permita agregar a mi currículum
un libro con una banda que resuma su argumento
en una vitrina en la esquina de Bulevar Artigas y Abbey Road.

No los leeré/no los pienso leer
perros policías del hiperrealismo
profesores pelilargos afiliados a la literatura de protesta
-pagan puntualmente la cuota mensual, exigen recibo oficial y descuentan IVA.
a los que se les escapa la metáfora
                                                  como el agua

                                                                    de un cesto de mimbre.




domingo, 27 de noviembre de 2016

"Aceguá trip" + "Tus orgasmos perdidos" - ELECTRÓN ROSA & MONDONGO SPEL

Textos rescatados del olvido por Gustavo Espinosa y publicados en "Todo termina aquí" (editorial HUM, 2016).

ACEGUÁ TRIP

Es larga la carretera
que termina en Aceguá.
Uh, es larga la ruta 8, nena
que termina en Aceguá,
llevo una sirena enferma
en el asiento de atrás.

Mi nena se quedó sola
en el mundo del dolor,
qué sola está mi nena
en el mundo del dolor,
donde termina el camino
hay un santo o un doctor.

Como un pez en el desierto
ya no puede respirar.
Ella es un pez plateado en el desierto,
ya no puede respirar.
Yo la llevo a la frontera
que es como llevarla al mar.

No hace mucho que pasamos
por la entrada del Convoy.
No, no hace cinco minutos que pasamos
por el maldito Convoy.
Escuchamos el aullido
y hubo que parar el Ford.

Mi nena se está quemando
sale humo de su piel,
mi nena se está incendiando,
huelo el humo de su piel,
voy a ponerle la aguja
en las venas de los pies.

Hay dos ángeles azules
sobre el tablero del Ford,
hay treinta y siete ángeles brillantes
sentados sobre el capó,
esos ángeles no existen, linda,
son cosas de la inyección.

Mi nena se quedó dormida
paramos para fumar.
Sí, en el viejo pueblo de Arbolito
paramos para llorar,
y mi amigo Gus me dijo
tenemos que continuar.

Ella se quedó dormida
y yo la miro soñar.
Ella se quedó dormida
y yo la miro soñar, 
sintiéndome como un perro
solo a la orilla del mar.

Se posó una mariposa
encima de mi sombrero,
se posó una mariposa verde, nena
encima de mi sombrero,
el cielo se está nublando
estamos llegando a Melo.

Cuando llegamos a Melo
te rozó una mariposa.
Cuando llegamos a Melo, mama,
te tocó una mariposa.
Esa mariposa verde
no ha nacido de la droga.

Se posó una mariposa
en la punta de tus dedos,
se posó una gran mariposa
en la punta de tu dedo.
Creo que esa mariposa
es un ángel verdadero.

Ya pasamos por Noblía
veo diez nubes oscuras,
ya pasamos por Noblía
veo doce nubes duras,
esta vez hay que ponerte, nena
en el párpado la aguja.

Oí la voz de mi nena
poco después de las nueve.
Oí la voz de mi nena
a la sombra de la muerte.
Me pidió que le comprara
un dulce alfajor de nieve.

En las calles de Aceguá
venden pollos y sandías,
entre el polvo de Aceguá
venden pollos y sandías.
Ojalá pueda comprar
el elixir de la vida.

El astrólogo o doctor
vive en una casa extraña
el astrólogo o doctor
vive en una casa alta.
Si mi nena no se muere, doc,
le doy mi auto y mi alma.

Fue larga la carretera
para llegar hasta acá,
es larga la ruta 8, sí,
y volvimos de Aceguá
con una sirena enferma
en el asiento de atrás.




TUS ORGASMOS PERDIDOS

Tu traición, nena,
me ha roto la cabeza
como un piano caído
del piso dieciséis.

Y yo estoy, Culo,
buscando tu reflejo
en el espejo mágico
de un charco del andén.

Y no están, nena,
tus ojos despertados
en el neón quemado
del anuncio del bar.

No guardó, baby,
el alma de tus tetas
la triste camiseta
que quedó en el sofá.

No encontré, mama,
las muecas de tu llanto
en las caras de santos
de plástico del templo.

Escuché, nena,
buscando tus gemidos
pero eran los ladridos
de los perros del alba.

Sin tu luz, nena,
a mí solo me llega
el chorro de luz ciega
del ojo de la luna.

Me esperás, baby,
en cada pesadilla
tras de la ventanilla
más triste de algún tren.

No encontré, lordie,
el alma de tus tetas
en el neón quemado
del ojo de la luna.

Escuché, Ana,
las muecas de tu llanto
adentro del reflejo
de los perros del alba.

Y yo busco, nena,
tus orgasmos perdidos
adentro de los ruidos
y las luces del alma.

a la memoria de Ana Cecilia Armendáriz Cruz, o Ana Culo de Buje, o Anita Culo, o Princesa Culito.

Tres poemas - Paul Verlaine

De “Poemas Saturnianos” (1866)

La angustia

Naturaleza, nada tuyo me conmueve, ni los campos
nutricios, ni el eco bermejo de las pastorales
sicilianas, ni las pompas auroreales,
ni la solemnidad doliente de los ocasos.

Me río del Arte, me río del Hombre también, de los cantos,
de los versos, de los templos griegos y de las torres espirales,
que se estiran en el cielo vacío de las catedrales,
y con igual ojo veo a los buenos que a los malos.

No creo en Dios, abjuro y reniego
de todo pensamiento, y en cuanto a la vieja ironía,
el Amor, quisiera que no me hablaran más de él.

Cansado de vivir, teniendo miedo a morir, semejante
al brick perdido, juguete del flujo y del reflujo,
mi alma apareja para espantosos naufragios.


Alberto Durero, Melancolía I (1514)


Resignación

¡Muy niño iba soñando en Ko-Hinnor,
suntuosidad persa y papal,
Heliogábalo Y Sardanápalo!

¡Mi deseo creaba bajo los techos de oro,
entre los perfumes, al son de las músicas,
unos harenes sin fin, paraísos físicos!

Hoy, más sosegado y no menos ardiente,
pero conociendo la vida y la necesidad de doblegarse
he debido refrenar mi bella locura,
sin resignarme demasiado, sin embargo,

¡Sea! lo grandioso escapa a mis dientes,
pero, ¡quita allá lo amable y quita las heces!
 Siempre he odiado a la mujer bonita,
a la rima asonante y al amigo prudente.


1892


Canción de otoño (versión A, traducción de Ramón Hervás)

Los largos sollozos
de los violines
del otoño
hieren mi corazón
de una languidez
monótona.

Del todo sofocado
y pálido, cuando
la hora suena,
me acuerdo 
de días pasados
y lloro.

Y me voy
con el viento malo
que me lleva,
aquí, allá,
semejante a la 
hoja muerta.


Canción de otoño (versión B, traducción de Carlos Pujol)

Los sollozos más hondos
del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.

Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.

Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo.

(versión original)

Chanson d’Automne

Les sanglots longs
des  violons
de l’automne
blessent mon coeur
d’une langueur
monotone.

Tout suffocant
et blême, quand
sonne l’heure,
je me souviens
des jours anciens
et je pleure.

Et je m’en vais
au vent mauvais
qui m’emporte
deçà, delà,
pareil à la
feuille morte.


"Poesía completa" (Ediciones Río Nuevo, 1979)

Canto ajeno VI

Malas noticias desde la guerra:
vidrios desertando de su forma,
delicia del notario
inocencia del idiota,
la dulzura del fuel oil,
hornos de ladrillos, monedas que se cuentan,
última razón de los reyes,
esta es la carne, el menú del día,
padre sin hijos,
cuatro niñas divorciadas,
multiplicados el pan y los peces
 y el jornal en una trifecta,
crucificado el querubín
todos tenemos la cara pintada, y bailamos.


domingo, 6 de noviembre de 2016

"Conversación con el inspector fiscal sobre poesía" - Vladimir Mayakovski (1893-1930)

Ciudadano inspector, perdone la molestia.
Gracias, no se preocupe, me quedaré de pie.
Quiero tratar un asunto bastante delicado:
qué sitio ha de ocupar el poeta en las filas obreras.
Igual que los que tienen tiendas y terrenos
también yo debo pagar impuestos.
Usted me pide quinientos al semestre
más veinticinco por no declarar a tiempo.
Mi trabajo es igual a cualquier otro.
Mire cuántas pérdidas, cuántos gastos
invierto en materiales.
Usted sabe naturalmente eso que llaman rima.
Si la primera línea termina en "ajo"
entonces, la tercera, repitiendo las sílabas
debe poner algo así como "cascajo".
Si utilizo su lenguaje, la rima es un cheque,
hay que cobrarlo alternando los versos
y buscas con detalle sufijos y prefijos
en el cofre vacío de las declinaciones, de las conjugaciones.
Tomas una palabra y quieres meterla en la estrofa
pero si no entra y aprietas,
se rompe.
Ciudadano inspector: le juro
que el poeta paga caras las palabras.
Hablando mi lenguaje, la rima es un barril de dinamita,
y la estrofa es la mecha.
La estrofa se consume, y estalla la rima,
y por el aire y la ciudad la estrofa vuela.


¿Dónde hallar, y a qué precio,
rimas que estallen y de golpe maten?
Quizá sólo sean cinco las rimas increíbles
y sin estrenar, perdidas más allá de Venezuela.
Me voy a buscarlas, haga frío, haga calor,
atado por anticipos, préstamos y deudas.
Ciudadano, tenga en cuenta el pago de los viajes.
La poesía toda es un viaje a lo desconocido.
La poesía es como la extracción del radio
-Un año de trabajo para sacar un gramo.
Sacar una sola palabra entre miles de toneladas
de materia prima verbal.
Pero ¡qué ardiente el calor de estas palabras
comparado con la humeante palabra bruta!
Esas palabras mueven
millares de años, millares de corazones.
Claro que hay poetas de distinta calidad.
Muchos de hábil mano,
como prestidigitador, sueltan estrofas de la boca,
suyas y de otros.
Y para qué hablar de los castrados líricos.
Meten un verso ajeno y están felices.
Eso es robo y despilfarro
uno más entre los que azotan el país.
Esos versos y odas aplaudidos hasta la saciedad
entrarán en la historia como gastos accesorios
de lo hecho por dos o tres buenos versos de nosotros.
Muchos kilos de sal habrás de comer
como suele decirse, y fumar cien cigarrillos
hasta sacar la palabra preciosa
de las honduras artesianas de la humanidad.
Rebaje por eso los impuestos,
quítele una rueda a los ceros.
Uno noventa cuestan cien cigarrillos.
Uno sesenta la arroba de sal.
Demasiadas preguntas su formulario tiene:
¿Ha viajado o no ha viajado?
Y si le respondo que en estos quince años
he reventado decenas de Pegasos, ¿qué?
Póngase usted en mi sitio,
piense en el servicio y propiedades.
¿Qué ha de contestarme si le digo que soy caudillo popular
y al mismo tiempo trabajo a su servicio?
La clase obrera vibra en nuestras palabras,
somos proletarios motores de la pluma.
La máquina del alma se gasta con los años.
Dicen entonces: estás gastado, fuera.
Cada vez amas menos, te arriesgas menos
y mi frente desgastada por el tiempo no arremete.
Entonces llega el desgaste mayor,
el desgaste del alma, del corazón.
Y cuando este sol, grande y redondo
se alce en el futuro sin lisiados ni tullidos,
ya me habré podrido, muerto en una cuneta
junto a decenas de mis colegas.
Hago mi balance final.
Afirmo, y no miento:
entre los vividores y actuales fulleros
seré el único con deudas impagables.
Nuestra deuda es aullar como sirenas de bronce,
entre la niebla filistea y el fragor de la tormenta.
El poeta siempre adeuda al universo,
paga con su dolor las multas, los impuestos.
Adeudo las calles de Broadway,
los cielos de Bagdad, el ejército rojo,
los jardines de cerezos del Japón,
todo aquello sobre lo que aún no pude cantar.
Al fin y al cabo ¿para qué tanto jaleo?
¿Para disparar rimas y atronar con el ritmo?
La palabra del poeta es su resurrección,
su inmortalidad, ciudadano inspector.
Dentro de cien años, en un pliego de papel
cogerán una estrofa y resucitarán este tiempo
Y ese día surgirá
con fulgor de asombros, y olor a tinta
le envolverá en su vaho, señor inspector.
Usted, habitante convencido del día de hoy
saque en el Comisariado de Caminos
un pasaje para la eternidad,
calcule el efecto de mis versos,
divida mi salario en trescientos años.
Mas la fuerza del poeta no estriba
en que le recuerden a usted en el futuro y se asusten.
No.
Hoy la rima del poeta es caricia también,
consigna, látigo, bayoneta.
Ciudadano inspector, pagaré cinco
quitando los ceros que van detrás.
Por derecho, yo reclamo un hueco
entre las filas de los obreros y campesinos más pobres.
Y si usted piensa que todo consiste
en saber utilizar palabras ajenas,
entonces, camaradas, aquí tienen mi pluma,
y escriban ustedes cuanto quieran.


miércoles, 2 de noviembre de 2016

Dos himnos, tres homenajes, tres poemas eróticos - Aleister Crowley

HIMNO A PAN

¡Estremécete con el muelle deseo de la luz !
¡Oh hombre! ¡Oh, tú, hombre!
¡Ven corriendo desde la noche
de Pan !¡Io Pan !
¡Io Pan! ¡Io Pan! ¡Ven a través del mar desde Sicilia y Arcadia!
¡Vagando como Baco, con faunos que te acompañan,
y ninfas y sátiros que te guardan,
sobre un asno blanco como la leche, ven a través del mar
a mí, a mí,
ven junto Apolo, en traje de novia (pastora y pitonisa).
Ve junto a Artemisa, calzado de seda,
y lava tu blanco muslo, oh, bellísimo Dios,
entre la luna de los bosques, sobre el marmóreo monte,
en la aurora surcada de hoyuelos de la fuente ambarina!
Sumerge el púrpura del rezo apasionado
en el sagrario carmesí, en el lazo escarlata
el alma que se sobresalta en una mirada azul,
al observar los gemidos de tu exuberancia, a través
de la espesura del matorral, del nudoso tronco
del árbol viviente, que es espíritu y alma,
y cuerpo y mente.
¡Ven a través del mar,
(¡Io Pan! ¡Io Pan!)
¡Dios o Diablo, a mí, a mí!
¡Oh, tú, hombre! ¡Oh, tú, hombre !
¡Ven con trompetas que suenen estridentes sobre la colina !
¡Ven con tambores que murmuren por lo bajo desde la fuente!
¡Ven con flautas y gaitas!
¿No estoy maduro?
Yo, que aguardo, sufro y lucho
con aire que no permite a las ramas
abrigar mi cuerpo, cansado de abrazos vacuos,
fuerte como un león y afilado como una serpiente.
¡Ven, oh, ven!
Me encuentro torpe
a causa de la solitaria lujuria del poder del diablo.
Mete tu espada entre los mortificantes grilletes,
tú, que todo extingues, y todo creas,
dame el signo del Ojo Insomne,
y el exaltado augurio del áspero muslo,
y la palabra de insensatez y misterio.
¡Oh, Pan! ¡Io Pan!
¡Io Pan! ¡Io Pan! Me he despertado
entre los anillos de la serpiente,
el águila me fustiga con garras y pico;
los dioses se apartan:
las grandes fieras se acercan, ¡Io Pan !
He nacido para morir en el cuerno del Unicornio.
¡Yo soy Pan! ¡Io Pan! ¡Io Pan Pan! ¡Pan!
Soy tu compañero, soy tu hombre,
el macho de tu rebaño, soy oro, soy dios,
carne de tus huesos, flor de tu vara.
Con pezuñas de acero, corro sobre las rocas,
inflexible, de solsticio a equinoccio
Y deliro; y entre delirios estupro y desgarro
eternamente, en un mundo sin final,
enano, doncella, ménade, hombre,
por la voluntad de Pan.
¡Io Pan! ¡Io Pan Pan! ¡Pan! ¡Io Pan!

HIMNO A LUCIFER

Piensen, sin bien ni mal, ¿qué sentido tiene actuar?
Sin su clímax, la muerte, ¿qué sabor tiene
la vida? Una máquina impecable, exacta,
que va y viene por un sendero estúpido y sin sentido
para colmar brutos apetitos, su única satisfacción.
¡De qué modo tan pesado ha sido capaz de comprenderse a sí Misma!
Y aun más, este noble elemento nuestro,
de fuego en la naturaleza, de amor en el espíritu,
la vida que no se entiende a sí misma no tiene primavera, ni eje, ni fin.
Su cuerpo, un radiante rubí de sangre,
con noble pasión, Lucifer, de alma solar,
recorrió colosal al amanecer, rápido, oblicuo,
el imbécil perímetro del Edén.
Él bendijo lo que no existía con cada maldición
y salpicó de dolor la torpe alma del buen juicio,
exhaló vida en el universo estéril,
con Amor y Conocimiento echó a la inocencia.
la Clave al Goce es la desobediencia.




EL PENSADOR

¡Ciega agonía del pensamiento!
Quien brinda su pluma, su pincel o su lira
al Arte puede comprender en éste
el símbolo de su batalla en contra y a favor
de los hombres, el retrato del atormentado deleite
de su necesidad; se sienta próximo a él
el consumado del pensamiento mágico.
Rodeado por su propio abrazo se sienta;
¡rastrean los sabuesos invisibles el dolor sobre las hendiduras!
Pronto, pronto estarán sobre él; pronto, los colmillos del odio,
¡los afilados dientes del infinito sobre él!
¿Podrá el amor, o la gloria, o la riqueza, abolir esos tormentos?
¿Qué sirena de voz y pecho dulces podrá conquistarle?
¡Ninguna, estén seguros! Con sereno espanto
el pensador formula la ley eterna.

SÓCRATES (EL HOMBRE DE LA NARIZ ROTA)

Perfecta belleza labrada de deformidad,
¡oh filósofo de la nariz rota! la tuya.
Así como los diamantes, más profundos en el limo azul,
así es el secreto de tu sólida fortuna
resplandor daimónico más allá de moda e importancia
de rasgo atormentado; el espíritu de la virtud relumbra,
el genio y la sabiduría de la divina fuerza
que insufla tu rostro; ¡esplendor!, nada menos.

¡Ay! Beberás la cicuta, sufrirás
y morirás por respeto a ti mismo, ¡por amor a los demás!
¿Son hoy los hombres hermanos inseparables?
¿Es mi vida más plácida que la de los griegos?
Los griegos, al menos, me ayudarán en mi arte.
¡Crucificad a Crowley! ¡No, mis amigos!, la pócima.

BALZAC

Gigantesco, oscurecido por los misterios del hierro,
embozado, Balzac se levanta y mira.
El desdén inmenso, el silencio egipcio, el poder del dolor, 
la carcajada de Gargantúa, agitan o acallan la ígnea
estatura del Maestro, vívida.
A lo lejos, aterrado, el aire ensordecedor estremece la piel.
En vano el Maestro de «La Comedia Humana»
oscurece sus profundos ojos, genio iluminado.

Epitalamios, canciones de cuna y epitafios
están escritos en el misterio de sus labios.
La triste sabiduría, la insolente ignominia y la agonía sublime
yacen en los pliegues mortuorios de la capa, escarpadas montañas;
y la piedad se oculta en el corazón.
El torvo saber estrecha a la humanidad esencial.
Balzac se levanta, y ríe.



JUDÍA

Ella era de noble cuna, y —lo mejor— una judía;
sus malévolos labios invitaron
a los míos a probarlos; sostuve su pecho,
fresco desde la crucifixión de Cristo;
parecía que sus muslos hervían con la sangre
sorbida del bastardo de Dios.

¡Sus pechos son mi Gólgota!
¡Sus labios, sus miembros empapados!
Su secreto y ceñido baluarte
de placeres —¡absolutamente delicioso!— parece
la hendidura que la lanza abrió en su costado
dentro de la cual me regodeo del Crucificado.

CON PERRO Y SEÑORA: IDILIO DE OCTUBRE

El otoño llega al tiempo que nos tendemos
en las mullidas nubes de luz de celosía
que anuncian la oscuridad, pero distinguimos
un guiño ingenuo a través la noche,
mi amante, mi gran danés y yo
Y mis ojos fijan el rapto, como en la cama
él lame los labios flojos de ella, e intenta
tentar su lengua. Mi fuego aumenta.
Sus pechos pesados y colgantes atraen
mis dientes y se enjoyan con sangre,
su mano prepara el sacrificio
que desea de mí, la inundación
que viene de los los santuarios del Paraíso.
Su otra mano tiene la malicia
para despertar la locura del Danés,
cuya mirada cárdena se amotina,
los ojos de ella pierden la calma que tenían,
mi cuerpo crece, henchido de amor.

NECROFILIA

Para verter dentro de tu corazón la semilla
mezclada con la descarga venenosa
a partir de una glándula hinchada, inflamada y grande
con la raza deliciosa de la gonorrea;
para profundizar en tu vientre, y beber
los líquidos ateos, y la piscina
de fétida putrefacción de las heces
que tu cadáver ahorcado dio, cuyo olor delicioso
excita estas canciones sublimes.
La verga obtiene un nuevo deseo; penetra, aúlla, aprisiona, chupa,
delira, chilla, mastica, exalta la cogida,
¡Espera! ¡Me vengo! ¡Muero! ¡Dios mío!