resplandece
en la distancia.
Al no vincularme
a la tierra o sus cónsules,
gozo de
una perfecta salud
gracias
a la falta de aire:
mi
pecho no se hincha
mi
respiración suspendida.
Cuando
cae la estrella de la tarde veo
mi
escondite revelado
veo el inmediato
fracaso
de mi
autoridad sobre mis palabras
y presenciaré
ceremonias que no me corresponden.
No
perezco y genero vida,
como el
más inmortal de los hijos de la caída
soy
ayer, hoy y mañana
soy dueño
de nacer por segunda, tercera,
múltiples
veces
soy dueño
de un alma capaz de crear dioses
dispongo
de dos rostros opuestos
reflejados
en el abismo acuático,
resurgiré
durante el día y reconquistaré mis dominios.
Admiren
como me dirijo al cielo
mientras
desciendo al abismo.
Se
acabarán los días espléndidos en la tierra
cuando
resurja contra mis enemigos
y los
soberanos actuales,
avanzaré
nuevamente frente a las multitudes
y las
rondas de los vigías.
Abriré
frente a mí el pavimento
que me
separa de los templos
para
finalmente ser
sin
necesidad de demostración alguna.
Franquearé
los muros
y
surgiré en el sitio que me plazca
con
pleno dominio de mis pies y manos
redimido
de las ofrendas sepulcrales
y de
las milagros que esperan acontecer en los sembradíos.
Una vez
levantado
me
colocaré en la senda donde se cruzan los cuatro vientos
como si
mi rostro fuera mío por completo,
como si
no estuviera emparentado
con las
criaturas que reptan por la tierra en busca de alimento.
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