Así
se crean mundos:
a
curva inmóvil,
a
travesía desplomada.
¡Hierve el aire!
Canta
la
gracia de tu aérea maniobra,
menea
esas alas anchas,
quedándote
y yéndote
al
mismo tiempo.
Aquí,
en
penumbra de aurora
teníamos
al amor al alcance de las manos
y
los pies,
acortamos
a fuerza de pasos la distancia
y
espigar el mediodía a medianoche.
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