miércoles, 22 de enero de 2020

Los callos de Cenicienta

Hasta las doce
ni un minuto más
olvidate
vine parada en el bondi
ni un asiento libre
efectivo no saqué
y el Uber cobraba un huevo:
sábado a la noche, toda el reino al mismo castillo.
Olvidate
metí como burra todo el día
limpié
hice las compras
¿sabés lo que comen en casa esos ladillas?
¿y lo que se lava de ropa?
¿y el perro negro adentro del pecho
que no te deja respirar?
Olvidate, olvidate,
los zapatos los saqué en doce cuotas
el vestido lo hice yo
como si cada hilo costara un peso;
me hice una cola en el pelo
viendo un video en Youtube
y el perro negro ladraba
y un poco de base en la jeta para tapar los granos
un poco de rimmel de mi hermana
negro como el perro.
Olvidate
vine para irme cuando quiera
y bailar mientras pueda.
olvidate
no tenés idea
como apretan estos zapatos de mierda
otra de tantas
decisiones mal tomadas:
el alquiler de un mes
un pasaje a Floripa, fuera de temporada.
Olvidate,
o mejor dejá, me olvido yo
encima me quedan chicos
no hay magia, siempre me olvido
y dejo que el perro me muerda
no ladra siempre
pero yo lo siento
como al hambre cada día
un hacha afilada
un jornal mal liquidado
el perro sin su hueso
el dedo sangra
la ampolla estalla como una fruta podrida
los talones
las pantorrillas
mejor me olvido
mañana los limpiaré
para borrarles la huella de la noche
y mañana los vendo en Mercadolibre.

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