martes, 21 de enero de 2020

Estadio Centenario

No venía para acá
y estoy
en el silencio rectangular
curvado
por la correntada gargantual.
Amarilla:
falta en el borde del área es gol
pero no estoy.
Bolea noventa
no mira al costado.
Estoy,
pero me frenó el escudo
¿y si grito el gol de Rampla?
Imagino
si uno de esos veintidós
estuviera en mi lugar,
lapicera en mano
se vería mudo, página en silencio,
hormigón armado por encima de la voz
el nudo de plomo inmóvil del punto penal,
la laguna, una lágrima derramada frente al talud
y yo estoy
¿y si estuviera en el lugar
de uno de esos veintidós?
La tribuna que se silencia
en algún momento
como a veces lo imaginé
o no se calla nunca
se extiende
catarata cansada
de voces como arroyos
sumadas
incesantes
estallando con estrépito de polillas
una contra otra a favor del viento
trepando de café en café
recortando el trayecto de la pelota.
Estaría,
estoy viendo el partido
y escribo
escribo como otros juegan
es decir, también estoy jugando
y también el juego termina
se hunde en la fosa
la laguna
la lágrima derramada frente al talud
la pelota también se hunde en la fosa,
vuela de bolea
y al final
encuentra su red.


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