y estoy
en el
silencio rectangular
curvado
por la
correntada gargantual.
Amarilla:
falta en
el borde del área es gol
pero no
estoy.
Bolea
noventa
no mira
al costado.
Estoy,
pero me
frenó el escudo
¿y si
grito el gol de Rampla?
Imagino
si uno
de esos veintidós
estuviera
en mi lugar,
lapicera
en mano
se vería
mudo, página en silencio,
hormigón
armado por encima de la voz
el nudo
de plomo inmóvil del punto penal,
la laguna,
una lágrima derramada frente al talud
y yo
estoy
¿y si
estuviera en el lugar
de uno
de esos veintidós?
La tribuna
que se silencia
en algún
momento
como a
veces lo imaginé
o no se
calla nunca
se extiende
catarata
cansada
de voces
como arroyos
sumadas
incesantes
estallando
con estrépito de polillas
una contra
otra a favor del viento
trepando
de café en café
recortando
el trayecto de la pelota.
Estaría,
estoy viendo
el partido
y escribo
escribo
como otros juegan
es decir,
también estoy jugando
y también
el juego termina
se hunde
en la fosa
la laguna
la lágrima
derramada frente al talud
la pelota
también se hunde en la fosa,
vuela de
bolea
y al
final
encuentra
su red.
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