FELICIDAD CLANDESTINA
Nunca ví una orquídea,
nunca aprecié el mar
pero sin embargo sé
lo que es la tierra
y sé lo que debe ser la ola.
Nunca hablé con Dios
pero sé dónde encontrarlo
sé dónde está.
Por instinto y por simpleza
no por experiencia.
Nunca me amaron
pero imagino cómo será,
mi alma añora lugares que nunca pisó
pero que de ellos leyó,
ama caricias que no tuvo
pero que sintió en alguna canción.
Nunca conocí la verdadera felicidad
pero a veces la veo de cerca
y clandestinamente...
me sonríe.
LA FLOR NO NACE PARA SER HERMOSA
La flor no nace para ser hermosa. Nace para ser flor.
Su belleza requiere que quien la mire tenga la capacidad
para descubrirla. Pueden pasar a su lado cientos, miles.
Algunos ni siquiera se percatarán de su existencia. Otros no
encontraran en ella nada singular que la haga resaltar del paisaje que la
contiene.
Habrá quienes pensarán que solo es una flor mas.
Aun tal vez aparezcan los que le dedicaran un par de
miradas, atraidos por sus colores, y seguiran su camino.
Pero en algun momento surgirá quien no la considere una flor
mas, quien tenga todo el tiempo necesario para deleitarse observandola en cada
milimetro, quien descubra nuevas sensaciones al acariciar sus petalos, quien no
siga de largo y decida que es una flor demasiado hermosa para no disfrutarla.
Asi, con profundo cuidado y amor, cavara en torno de su raiz y, poniendo todo
su cariño y atencion, la llevara a su propio jardin, donde pueda tenerla cerca
para quererla, apreciarla, dejarse cautivar por ella y devolverle esa belleza.
Sin embargo nadie le pidio que cambie su color, su forma, su
aroma. Ella nacio flor.
Asi tambien, nuestra vida puede ser como la de esa flor.
Quizas pasen cientos o miles a nuestro lado sin percatarse
de nuestros valores, sentimientos, de nuestra propia existencia.
Hasta que alguien con la capacidad interior necesaria nos
descubrira en medio del mundo. Y posara sus ojos.
Y nos hara parte de su mundo.
Sin que para ello debamos cambiar o mostranos de forma
diferente.
VENGO A TRAER UN POCO DE MI TRISTEZA
Vengo a traer
un poco de mi tristeza
a este mundo tan
superficial.
Agarrala o dejala
pero recuerda
que mi tristeza no es
como las demás
La mía es una tristeza sincera,
hermosa,
pura y natural.
Es la propia vida
que habla a través
de unos ojos que han visto
el llanto de los niños,
de las mujeres,
de toda la
humanidad.
Es la tristeza de las bocas
que nunca se tocaron.
De los cuerpos
solitarios.
De las palabras que
sobran...
... y de las que faltan.
Es la tristeza que hay
al borde de los lagos,
en la niebla,
en las sombras,
en mis manos.
Esa tristeza que te hace
querer más la vida
aún comprendiendo
el suicidio,
aún sintiendo el sabor
que tiene la muerte.
La tristeza de verse
caminando y resbalando
para luego volverse
a levantar.
La tristeza de los poetas,
de los pintores.
De aquellos
que agarran mejor
un lápiz o un pincel
que un arma.
Y asi gritan al mundo.
Con confusión. Con rabia.
Con amor
desenfrenado.
Vengo a traer
un poco de mi tristeza
a este mundo tan
perfecto.
Es el mayor regalo que
puedo ofrecerte hoy.
Agarrala o dejala,
pero no juegues
con ella.
Es débil
como yo.
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