domingo, 8 de abril de 2018

John Keats - dos sonetos, una oda

CUANDO TEMA QUE PUEDA DEJAR DE EXISTIR

Cuando temo que pueda dejar de existir
antes de que mi pluma haya espigado la fecunda mente,
antes de que grandes pilas de libros impresos
guarden como ricos graneros la semilla ya madura;

cuando contemplo el rostro estrellado de la noche,
grandes símbolos velados de una ilustre ficción,
y pienso que nunca pueda vivir para esbozar
sus sombras con la mágica mano del azar;

y cuando siento, hermosa criatura de una hora,
que nunca volveré a verte otra vez,
que nunca saborearé el poder feérico

del amor irreflexivo, entonces a la orilla
del ancho mundo me quedo solo y pienso,
hasta que amor y fama se hundan en la nada.
(Enero de 1818)

AL SUEÑO
Suave embalsamador de la quieta medianoche,
cierras con dedos tersos y benignos
nuestros ojos dichosos en tinieblas
a salvo de la luz, a la sombra del divino olvido.

Dulce Sueño, si así lo quieres,
en medio de esta alabanza, cierra mis párpados,
o espera a el amén, antes de que tu amapola,
vierta sobre mi lecho sus arrullos.

Entonces líbrame, o el día fugaz brillará
sobre mi almohada, alimentando los pesares;
líbrame de la Consciencia curiosa que aún domina

con su fuerza entre lo oscuro como un topo
gira la llave en su engrasado cierre
y sella en silencio el cofre de mi Alma.
(Abril de 1819)

Retrato por William Hilton

ODA A LA MELANCOLÍA

1
No, no vayas al Leteo
ni exprimas el morado acónito de raíces apretadas, 
buscando su venenoso vino;
ni sufra tu pálida frente el beso
de la sombra nocturna, uva rubí de Proserpina;
ni hagas tu rosario con bayas de tejo
ni dejes que el escarabajo o la polilla sean
tu alma doliente, ni sea el búho nocturno
compañero de los misterios de tu dolor;
pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
y ahoga la despierta angustia del alma.

2
Pero cuando el acceso de atroz melancolía
caiga de súbito, como una nube afligida
que cuida de las flores inclinadas por el sol
y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
entonces sacia tu dolor en una rosa temprana
o en el salino arco iris de la ola marina
o en la riqueza esférica de las peonías;
o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
toma firme su mano, déjala que se enfurezca,
y contempla, constante, sus ojos incomparables.

3
Ella vive con la belleza, que es mortal,
también con la alegría, cuya mano en sus labios
siempre diciendo adiós; y cercanos del placer doliente
que se vuelve veneno mientras liba la boca de la abeja:
pues en el mismo templo del deleite, 
la velada melancolía tiene su santuario solemne,
aunque nadie lo haya visto, solo aquel cuya lengua ardiente
haga estallar la uva del júbilo contra su frío paladar:
su alma probará la tristeza de su poder
y quedará colgado entre sus nubosos trofeos.
(Mayo de 1819)

Vidas posibles (Borrador)

Si te viera bajando
como baja el caudal del río
Eduardo Acevedo hacia la rambla, en el exacto lugar.
Si hubiera escrito veinte páginas en este día de lluvia
y que los portales de noticias recogieran mis palabras
y recibiera el día con un café y un gato
con reverencia cortesana.
Si en el tiempo que mi tiempo vale dinero
lo dedicara al anfiteatro de cármica
o al claustro en un diván de la calle Solano Antuña,
me quedaría sin este humo amarillo en las entrañas,
no colgaría como todos los días
esta red de pesca cosida con tendones humanos,
cruzaría la noche, resplandeciente como siempre, rodeado de una llama.
Me pregunto qué tipo de virtudes perseguiría
si ese mundo no se empantanara en los terrones
calcinados de esta piedra volcánica.
La ridiculez de un bailarín sin música
y cada fin de semana de alborotos sordos
chispea la cera en la llama,
y en la llama puedo ver
qué especie de secreto irregular me aguarda
sin voces de niños en los rincones
y un llanto cuyo origen no alcanzo a comprender.
Reservaré mis dudas para siempre,
si es más agonía o placer:
ni pena ni placer humano resplandecen en las estrellas.
En el centro mismo de mi mente
gira sin punto de apoyo
ese paciente ejecutor de la angustia,
vagabundo del desenlace, 
estará allí de cualquier forma.
Deseará siempre que desaparezca, pero su destino es permanecer allí,
paciente como una tumba,
huésped de las posibilidades.



viernes, 6 de abril de 2018

Gabriela Lucatelli - tres poemas

FELICIDAD CLANDESTINA

Nunca ví una orquídea,
nunca aprecié el mar
pero sin embargo sé
lo que es la tierra
y sé lo que debe ser la ola.
Nunca hablé con Dios
pero sé dónde encontrarlo
sé dónde está.
Por instinto y por simpleza
no por experiencia.
Nunca me amaron
pero imagino cómo será,
mi alma añora lugares que nunca pisó
pero que de ellos leyó,
ama caricias que no tuvo
pero que sintió en alguna canción.
Nunca conocí la verdadera felicidad
pero a veces la veo de cerca
y clandestinamente...
me sonríe.

LA FLOR NO NACE PARA SER HERMOSA

La flor no nace para ser hermosa. Nace para ser flor.
Su belleza requiere que quien la mire tenga la capacidad para descubrirla. Pueden pasar a su lado cientos, miles.
Algunos ni siquiera se percatarán de su existencia. Otros no encontraran en ella nada singular que la haga resaltar del paisaje que la contiene.
Habrá quienes pensarán que solo es una flor mas.
Aun tal vez aparezcan los que le dedicaran un par de miradas, atraidos por sus colores, y seguiran su camino.
Pero en algun momento surgirá quien no la considere una flor mas, quien tenga todo el tiempo necesario para deleitarse observandola en cada milimetro, quien descubra nuevas sensaciones al acariciar sus petalos, quien no siga de largo y decida que es una flor demasiado hermosa para no disfrutarla. Asi, con profundo cuidado y amor, cavara en torno de su raiz y, poniendo todo su cariño y atencion, la llevara a su propio jardin, donde pueda tenerla cerca para quererla, apreciarla, dejarse cautivar por ella y devolverle esa belleza.
Sin embargo nadie le pidio que cambie su color, su forma, su aroma. Ella nacio flor.
Asi tambien, nuestra vida puede ser como la de esa flor.
Quizas pasen cientos o miles a nuestro lado sin percatarse de nuestros valores, sentimientos, de nuestra propia existencia.
Hasta que alguien con la capacidad interior necesaria nos descubrira en medio del mundo. Y posara sus ojos.
Y nos hara parte de su mundo.
Sin que para ello debamos cambiar o mostranos de forma diferente.

VENGO A TRAER UN POCO DE MI TRISTEZA

Vengo a traer
un poco de mi tristeza
a este mundo tan
superficial.
Agarrala o dejala
pero recuerda
que mi tristeza no es
como las demás

La mía es una tristeza sincera,
hermosa,
pura y natural.
Es la propia vida
que habla a través
de unos ojos que han visto
el llanto de los niños,
de las mujeres,
de toda la
humanidad.

Es la tristeza de las bocas
que nunca se tocaron.
De los cuerpos
solitarios.
De las palabras que
sobran...
... y de las que faltan.

Es la tristeza que hay
al borde de los lagos,
en la niebla,
en las sombras,
en mis manos.

Esa tristeza que te hace
querer más la vida
aún comprendiendo
el suicidio,
aún sintiendo el sabor
que tiene la muerte.
La tristeza de verse
caminando y resbalando
para luego volverse
a levantar.

La tristeza de los poetas,
de los pintores.
De aquellos
que agarran mejor
un lápiz o un pincel
que un arma.
Y asi gritan al mundo.
Con confusión. Con rabia.
Con amor
desenfrenado.

Vengo a traer
un poco de mi tristeza
a este mundo tan
perfecto.
Es el mayor regalo que
puedo ofrecerte hoy.

Agarrala o dejala,
pero no juegues
con ella.
Es débil
como yo.


Stéphane Mallarmé: tres poemas de cementerio

TUMBA
Aniversario - Enero 1897

La negra roca huraña que el cierzo hace rodar
no se va a detener ni bajo pías manos
tanteando su semejanza con los males humanos
como para ellas algún funesto molde bendecir.

Aquí casi siempre si la torcaza arrulla
este inmaterial duelo oprime a muchos
núbiles pliegues el astro maduro de los mañanas
de los que un centello argentará a la muchedumbre.

¿A quién busca, recorriendo el solitario salto
luego exterior de nuestro vagabundo - 
Verlaine? Está escondido en la hierba, Verlaine.

Para no sorprender sino ingenuamente de acuerdo
el labio sin beber allí o agotar su aliento
un poco profundo arroyo calumnió a la muerte. 

TUMBA DE EDGAR POE

¡Tal que en sí mismo al fin la eternidad le cambia,
el Poeta subleva con espada desnuda
a su siglo espantado por no haber conocido
que la muerte triunfaba con esa voz extraña!

Ellos, como un vil sobresalto de hidra que oyera antaño al ángel
dar sentido más puro a las palabras de la tribu
proclamaron muy alto en conjuro bebido
en el agua sin honra de alguna negra mezcla.

Del suelo y de la nube hostiles ¡oh perjuicio!
si con ello no esculpe nuestra idea algún bajorrelieve
con la que la deslumbrante tumba de Poe se adorne,

calmo bloque caído de un oscuro desasrte,
que este granito al menos muestre por siempre a su hito
a los negros vuelos de la Blasfemia esparcidos por el futuro.



TUMBA DE CHALES BAUDELAIRE

El templo sepultado divulga por la boca
de sumidero sepulcral, babeando barro y rubíes 
abominablemente algún ídolo Anubis
todo el hocico quemado como un ladrido fiero.

O que el reciente gas tuerza la mecha bizca
que enjuaga, ya se sabe, los oprobios sufridos
encienda huraño un pubis inmortal cuyo vuelo
según el reverbero pasa la noche al raso.

Como un follaje seco en ciudades sin tarde
el votivo bendecirá como ella se reasienta
contra el vano mármol de Baudelaire.

Al velo que ciñe ausente con temblores
es su propia Sombra un veneno tutelar
siempre respiraremos aún si nos hace perecer.


(todas las traducciones de Francisco Castaño)

TOMBEAU
Anniversaire — Janvier 1897

Le noir roc courroucé que la bise le roule
ne s’arrêtera ni sous de pieuses mains
tâtant sa ressemblance avec les maux humains
comme pour en bénir quelque funeste moule.

Ici presque toujours si le ramier roucoule
cet immatériel deuil opprime de maints
nubiles plis l’astre mûri des lendemains
dont un scintillement argentera la foule.

Qui cherche, parcourant le solitaire bond
tantôt extérieur de notre vagabond —
Verlaine? Il est caché parmi l’herbe, Verlaine

a ne surprendre que naïvement d’accord
la lèvre sans y boire ou tarir son haleine
un peu profond ruisseau calomnié la mort.

LE TOMBEAU D´EDGAR POE

Tel qu'en Lui-même enfin l'éternité le change,
le Poète suscite avec un glaive nu
son siècle épouvanté de n'avoir pas connu
que la mort triomphait dans cette voix étrange!

Eux, comme un vil sursaut d'hydre oyant jadis l'ange
donner un sens plus pur aux mots de la tribu,
proclamèrent très haut le sortilège bu
dans le flot sans honneur de quelque noir mélange.

Du sol et de la nue hostiles, ô grief!
si notre idée avec ne sculpte un bas-relief
dont la tombe de Poe éblouissante s'orne,

calme bloc ici-bas chu d'un désastre obscur,
que ce granit du moins montre à jamais sa borne
aux noirs vols du Blasphème épars dans le futur.

LE TOMBEAU DE CHARLES BAUDELAIRE

Le temple enseveli divulgue par la bouche
sépulcrale d'égout bavant boue et rubis
abominablement quelque idole Anubis
tout le museau flambé comme un aboi farouche

Ou que le gaz récent torde la mèche louche
essuyeuse on le sait des opprobres subis
il allume hagard un immortel pubis
dont le vol selon le réverbère découche

quel feuillage séché dans les cités sans soir
votif pourra bénir comme elle se rasseoir
contre le marbre vainement de Baudelaire

au voile qui la ceint absente avec frissons
celle son Ombre même un poison tutélaire
toujours à respirer si nous en périssons.