"En 1915
publica “Cathay”, un pequeño volumen de poemas de Li Po traducidos por Ernest
Fenollosa y reelaborados por Pound. Al contrario que los traductores americanos
anteriores de la poesía china, estas versiones en verso libre ofrecen a los
lectores textos comprensibles. Muchos críticos consideran los poemas de Cathay
como la realización más acertada del Imaginismo. Sin embargo, como
traducciones, continúan siendo fuente de controversias ya que ni Fenollosa ni
Pound jamás hablaron o leyeron el chino con soltura; además de criticársele al
poeta norteamericano el que omitiera o agregara secciones sin ninguna base en
los originales. Para Hugh Kenner estas aparentes traducciones de textos
orientales antiguos hoy se ven como experimentos poéticos". (Wikipedia)
CANCIÓN
DE LOS ARQUEROS DEL SHU
Aquí
estamos, recolectando los primeros brotes de los helechos
y diciendo:
¿cuándo volveremos a nuestra patria?
Aquí
estamos porque tenemos a los Ken-nin como enemigos,
no paramos
un segundo por culpa de estos mongoles.
Hemos
agotado los tiernos brotes de helecho;
cuando alguien
habla de volver, los otros de acongojan.
Ánimos
apenados, el pesar es hondo, tenemos hambre y sed.
Nuestras
defensas no son seguras, nadie puede dejar que regrese su amigo.
Agotamos
los viejos tallos de helecho.
Decimos:
¿nos dejarán volver en Octubre?
No hay
sosiego para los asuntos del reino, no paramos un momento.
Nuestro
pesar es amargo, pero no querríamos regresar a la patria.
¿Qué
flores se han abierto?
¿De quién
es esa carroza? Del General.
Los
caballos, incluso sus caballos, están cansados. Y eran fuertes.
No nos
dan reposo, tres batallas al mes.
Oh,
dios mío, sus caballos están cansados.
Los
generales van sobre ellos y los soldados a pie.
Los
caballos están bien entrenados, los generales llevan flechas de marfil y
aljabas adornadas con escamas de pez.
El
enemigo es rápido, hemos de ser cuidadosos.
Cuando
partimos, los sauces se doblaban con la primavera;
Regresamos
con nieve,
avanzamos
con lentitud, tenemos hambre y sed,
nuestro
ánimo está apesadumbrado, ¿quién sabrá de nuestro dolor?
EL HEMOSO ATAVÍO
Triste, triste es la hierba a la orilla del
río
y los sauces desbordan el jardín cerrado,
y adentro, la dueña, en la flor de su
juventud,
blanca, blanca de rostro, vacila, mientras
cruza la puerta.
Fue cortesana en otros tiempos,
y se casó con un bebedor
que ahora sale a emborracharse
y a ella la deja demasiado sola.
CUATRO POEMAS DE
PARTIDA
La lluvia cae
sobre el polvo leve
los sauces del
patio de la fonda
van a ponerse cada
vez más verdes.
Mas tú, Señor,
mejor será que tomes vino
antes de tu
partida,
porque no tendrás
amigos junto a ti
cuando llegues a
las puertas de Go.
(Rihaku u
Omatkisu)
SEPARACIÓN EN EL RÍO KIANG
Ko-yin va hacia poniente desde Ko-karu-ro,
Sobre el río hay esparcidas flores de humo.
Su vela solitaria mancha el cielo lejano.
Y, ahora, sólo veo el río,
El largo Kiang, que llega al cielo.
Rihaku
DESPIDIÉNDOSE DE UN AMIGO
Montes azules al norte de las murallas,
un río blanco serpenteando entre ellas;
aquí debemos separarnos
y recorrer mil millas de hierba muerta.
Mente como una gran nube flotante,
crepúsculo como separación de viejas
amistades
que a distancia se inclinan sobre sus manos
apretadas.
Nuestros caballos se relinchan
mientras nos vamos alejando.
Rihaku
DESPEDIDA CERCA DE SHOKU
“Sanso, rey de
Shoku, construyó caminos”.
Dicen que los caminos de Sanso son abruptos,
escarpados como las montañas.
Las paredes se alzan frente al rostro de un
hombre,
las nubes crecen desde la colina
cuando frena el caballo.
Hay árboles fragantes en el empedrado camino
de los Shin,
sus troncos han reventado el pavimento,
y hay regatos cuyo hielo revienta
en medio de Shuku, una ciudad altiva.
Los destinos de los hombres ya están fijados,
no es necesario consultar a los adivinos.
Rihaku
LA CIUDAD DE CHOAN
Los fénices están jugando en su terraza.
Los fénices se han ido, el río fluye
solitario.
Flores y hierba
cubren la senda oscura
donde descansa la casa dinástica de los Go.
Los brillantes vestidos y los brillantes
gorros de los Shin
son ahora la base de colinas antiguas.
Las Tres Montañas caen a través del cielo
lejano,
la isla de la Garza Blanca
divide la corriente en dos.
Ahora las altas nubes han cubierto el sol
y yo no puedo ver Shoan a lo lejos
y estoy triste.
Rihaku
SONG OF THE BOWMAN OF SHU
Here we are, picking the first fern-shoots
And saying: When shall we get back to our
country?
Here we are because we have the Ken-nin for our
foemen,
we have no comfort because of these Mongols.
We grub the soft fern-shoots,
when anyone says "Return," the others
are full of sorrow.
Sorrowful minds, sorrow is strong, we are
hungry and thirsty.
Our defense is not yet made sure, no one can
let his friend return.
We grub the old fern-stalks.
We say: Will we be let to go back in October?
There is no ease in royal affairs, we have no
comfort.
Our sorrow is bitter, but we would not return
to our country.
What flower has come into blossom?
Whose chariot? The General's.
Horses, his horses even, are tired. They were
strong.
We have no rest, three battles a month.
By heaven, his horses are tired.
The generals are on them, the soldiers are by
them.
The horses are well trained, the generals have
ivory arrows and
quivers ornamented with fish-skin.
The enemy is swift, we must be careful.
When we set out, the willows were drooping with
spring,
we come back in the snow,
we go slowly, we are hungry and thirsty,
Our mind is full of sorrow, who will know of
our grief?
by Bunno — Reputedly
1100 B.C
THE BEAUTIFUL TOILET
Blue, blue is the grass about the river
and the willows have overfilled the close
garden.
And within, the mistress, in the midmost of her
youth,
white, white of face, hesitates, passing the
door.
Slender, she puts forth a slender hand;
and she was a courtezan in the old days,
and she has married a sot,
who now goes drunkenly out
and leaves her too much alone.
by Mei Sheng B.C. 140
FOUR POEMS OF DEPARTURE
Light rain is on the
light dust
the willows of the
inn-yard
will be going greener
and greener,
but you, Sir, had
better take wine ere
your departure,
for you will have no
friends about you
when you come to the
gates of Go.
(Rihaku or Omakittsu)
Separation on the River Kiang
Ko-jin goes west from Ko-kaku-ro,
the smoke flowers are blurred over the river.
His lone sail blots the far sky.
And now I see only the river,
the long Kiang, reaching heaven.
Rihaku
Taking Leave of a Friend
Blue mountains to the north of the walls,
white river winding about them;
here we must make separation
And go out through a thousand miles of dead
grass.
mind like a floating white cloud,
sunset like the parting of old aquaintances
who bow over their clasped hands at a distance.
Our horses neigh to each other
as we are departing
Rihaku
Leave-taking Near Shoku
They say the roads of Sanso are steep,
sheer as the mountains.
The walls rise in a man's face,
clouds grow out of the hill
at his horse's bridle.
Sweet trees are on the paved way of the Shin,
their trunks burst through the paving,
and freshets are bursting their ice
in the midst of Shoku, a proud city.
Men's fates are already set,
There is no need of asking diviners
Rihaku
The City of Choan
The phoenix are at play on their terrace.
The phoenix are gone, the river flows on alone
flowers and grass
cover over the dark path
where lay the dynastic house of the Go.
The bright cloths and bright caps of the Shin
are now the base of old hills.
The Three Mountains fall through the far
heaven,
the isle of White Heron
splits the two streams apart.
Now the high clouds cover the sun
and I can see Choan afar
and I am sad.
Rihaku
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