domingo, 6 de octubre de 2019

Respirá, además

Ida y vuelta en hoja,
revés del lado curvo,
pintura sin color, solo volumen,
recurso limitado y multiplicable por mil,
solo hace falta el aire.
Respirando,
del agua al viento
y de vuelta.
De pie veo la luz, me descolla
y estiro la mano sin mover las piernas
y se escapa,
no hay nombre para tanto vacío
hace falta inventarle uno
solo para acercarlo.
Se escapa,
es abrir la boca
y olvidarme de lo que iba a decir.
Hablá de una vez,
inventá palabras,
decí algo, mové el músculo húmedo,
negá el parentesco vegetal
dala vuelta, revolvé el nudo de piel,
reventá el silencio contra los dientes,
ingresá al panteón de los conversadores
sin suelo, ni maceta, ni vueltas hacia el sol,
devastá sin freno la nada inapresable de las rocas
volá de nuevo a la estratósfera embotellada de la palabra pronunciada por enésima vez.
Amontoná decibeles encubiertos,
transformá proteína en movimiento,
masticá la voz,
degustá el efecto.
Hincá la lengua en los dientes
no solo para hincar la lengua en los dientes
Saboreá como la primera vez que mordiste sandía
no te limpies la comisura, comé como demente
volcando baba sin esconder la bilis
o el suave ardor de la dulzura.
¿Te miraste en el espejo mientras hablabas?
¿Oíste tu propia voz leyendo tu propio poema?
¿Lo oíste leído por alguien más?
Vení, pero envuelto en llamas,
enroscado, balbuceante, trastocado
encontrando a cada grito el voltaje que no corre por los cables,
hay uno que se pudre en las antenas.
Volcá el vaso.
Rompé el vidrio antes que suenen las alarmas,
que cierto fuego arde mejor bajo el agua.



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