domingo, 29 de julio de 2018

Uno sesenta y cinco

Un relámpago. Noche. Fugitiva belleza. (*)

Uno sesenta y cinco
crispó el puente
pies diminutos, presente estado
cabello gira, costa próxima
de la nada, ¿no?
todavía besa con saliva
enjambre crispación,
las suaves olas frías
cálculo desatado:
¿pensará en quedarse
o en salir?
evitable comparación, rotunda
y métrica, hasta tiene rima
diapasonado
como supuesta secreta pulsación
es el rastro y despista
bordea alucine
pero preferible
a dormir buscando en el sueño
cadera combustión, ojos oscuros
dos orbitales inquietudes
intrascendente trastoca la tristeza
infranqueable disipación
por eso mismo plácida
amplificada enmudece colapso
permite urdir
aunque sea en dos palabras
testimonio digresión
inmoviliza el caudal
celebrando lo inútil, pero fundamental
del reflejo
sin pena ni gloria.

(*) Charles Baudelaire, A una transeúnte.

viernes, 27 de julio de 2018

Territorio


La forma de los mapas
barajan los elementos,
absolutos, ni un lugar ni otro,
aquí y mañana,
nunca de noche ni aislado,
no la salvación que esperamos.
El centro de atención en cada barrio del mundo
es la risa del siguiente;
la debilidad de seguir de largo,
la franqueza magnética de la deuda.

(2006)



lunes, 23 de julio de 2018

Sequía

Aquella noche fue todo un éxito.
lo vi y también me lo contaron,
y cada nuevo relato me resultaba un poco más gracioso.

Era una mujer alta y desgarbada,
no sabíamos mucho sobre ella,
creo que imaginamos que tenía un trabajo
al que odiaba;
y atravesaba un bloqueo creativo
hacía más de veinte años,
pero solo lo imaginamos.
Era alta y liviana.
Recorría esos diminutos hospicios
donde se juntan cada quince días
algunos poetas y sus amigos
a beber y fumar
y a limitarse a la pena
como único tema.
Su acto era el siguiente:
soltaba algunos elementos cotidianos al suelo
y los pisoteaba
(objetos cotidianos, baratos, multiformes)
soltaba también algunas frases breves al aire
(casi no escribía, solo personificaba algo,
espero que ella tuviera claro qué era)
acerca de la pena,
únicamente acerca de la pena
y avanzaba al cierre, siempre el mismo:
extraía de su bolso un frasco minúsculo
casi lleno de gotas de su sangre
que extraía de a poco,
con la cautela con que se manipulan los objetos escasos.
En la sangre mojaba una pluma
y con ella escribía una palabra, una sola,
sobre una hoja, en silencio,
lo exhibía
y ese era el fin de su acto
y el auditorio aserraba el silencio con aplausos,
cada vez.

Nunca supimos cómo, ni por qué,
un día su acto cosechó fama
intentamos imaginarlo, poco después de aquella noche
pero nos aburrimos al poco rato.
Comenzamos a ver carteles con su cara
en las paredes de los bares que frecuentábamos,
y en las avenidas después.
Fue creciendo el auditorio,
y como es lógico,
creció el tamaño del lienzo del gran desenlace,
ya no alcanzaba con una hoja oficio
o A4.
Extendió la duración del acto
para justificar el precio de las entradas
sin modificar el desarrollo,
ni el gran remate.
Aumentó también el caudal de las extracciones,
muy de a poco.
Su manager propuso sustituir la sangre
por una mezcla de plasma de cerdo y tinta
pero ella jamás lo aceptó.

Aquella noche dibujó una palabra sobre el lienzo,
de esas que se balbucean sólo una vez
en la vida.
Acto seguido
se derrumbó
de cara al escenario
seca
igual a su lienzo.


domingo, 22 de julio de 2018

Mi genio amor

fabuloso alfabeto flamea
conflicto alveolar, lírico
por todo obvio olvido
renace, ruge y remonta
escape del escape
nublado en mente
ciencia cierta, ciega ciudad
incluye distancia incipiente
al atravesar anula aparte.

lunes, 9 de julio de 2018

Utopía

Susurra dios y grita el diablo
todo al mismo tiempo,
cierra la cuenta y cae el dado
se abre la salida y se cierra,
la basura reinante,
la cruzada entresienes
con frecuencia tiene pausa
si satisface, la cura no importa
si produce, resiste.
Comienza a valer la pena
sin muro para calmar los ánimos
el vendaval de la noche, el deslumbrante día
pupila de altamar, cuadrúpeda y concreta,
murmullo a voces, carrera en círculos,
balance en el filo
respuesta en vano,
tiembla, huye y vuelve
fulminante a tierra
pregunto por qué
dice vuelva mañana
si certero, acierto
la marca en el ojo, en la piel
en el calendario, en las horas
pero nunca alcanza el volumen
el camino, la distancia, los pasos
tampoco la altura del cielo,
el peso de la tierra, el sabor del aliento.