Toda apariencia miente,
o dice la verdad, según el caso.
Nada más honesto como un cable pelado al
borde de una piscina.
Aristotélica o Kantiana,
la razón cede ante la taquicardia.
Cuando digas “egocéntrico”, di “redundancia”.
El primer libro, como todos, miente.
No mentir es decir la verdad; sutil retórica
diferencia portante de no poca ambivalencia en occidente cargado de oriente
montado en la múltiple placenta madre de ideologías perversa oscura brillante
en su perversidad modernidad destellante de lujo de supermercado a noventa y
nueve con noventa y nueve hermosa troglodita sencilla como aplastar una montaña
con el dedo gordo cuerpo unánime relato inquieto de ninguna forma y siempre
enlazado en todas y cada una de las formas del power trip de ricota imposible
de maniobrar por las buenas siempre termina en caída y esencial púbico
angelical salpimentado en etapas de uranio y plomo durante veinticuatro horas o
diez minutos siempre es lo mismo.
La revolución, hoy y siempre, es rutina.
Matar al enemigo es exponerse,
coexistir es significarse.
ESTO NO ES UNA SALIDA.´
No hay comentarios:
Publicar un comentario