Mentiré además mi nombre:
(Carlos también es el nombre de un muerto).
También es cierto que fui alguno,
anduve por los años ajeno a la marea,
los ojos esquivando la orilla también.
Mis huesos nunca se quebraron, ni lloré por amor,
codicié convicciones o cualquier adicción grave,
reflejé sombras, tuve dioses.
Camino todo el día con zapatos desatados
dentro de mi casa alquilada.
Tapo la luz con cortinas blancas,
muevo la luna para que ilumine el patio.
No fui a la guerra donde mataron a mi padre;
escuché en la plaza, un día festivo,
-no fui a su funeral-
que cayó de espaldas en el barro de una laguna
con la pistola cargada y un grito en la garganta.
Yo veo caer la lluvia desde mi ventana y elijo no salir,
releo lo que escribo, corrijo referencias, evito cargos por plagio,
elimino palabras, páginas enteras, apuro mi café a propósito
y presiento un poema que no habla de poesía.
"Las máscaras del modernismo"
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