La tinta no tiene dueño,
antes manchaba, se afirmaba rabiando
al pellejo.
Cuántas camisas echamos a la basura
bajo su porfiada influencia
ahora si no se limpia más barato te
devolvemos la diferencia
y como el pelo que se suelta ,
que baila, se suelta y siempre vuelve a su
sitio,
a la tinta volvemos
porque de tinta somos,
no es lo mismo que la sangre,
porque la tinta se elige
y una vez elegida nos sigue siempre
como perra muerta de hambre
desde el tren de vuelta a casa
nos acompaña en la estación señalada,
buscando algo para comer,
ladrando a la luz
royendo a la noche
corriendo en círculos
muriendo por fin.
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