Sobre nuestras cabezas, el albatros
suspendido en el aire;
en lo profundo, bajo roca revuelta
por laberintos de cuevas de coral
el eco de un tiempo distante
llega silbando a través de la arena
y todo es verde y submarino
Y nadie nos llamó a la tierra
y nadie sabe dónde o por qué.
Algo se agita, algo intenta,
se acerca a la luz.
Desconocidos cruzándose en la calle,
por azar, dos miradas se encuentran,
soy vos y lo que veo soy yo.
Y te tomo la mano
y te guío por el camino
y me ayudas a entender
lo mejor que puedo.
Y nadie nos llamó a la tierra
y nadie sobrevive el cruce.
Nadie habla, nadie lo intenta,
nadie vuela alrededor del sol.
Casi todos los días
caés ante mis ojos despabilados,
invitando y provocándome
a brotar.
Y a través de la ventana
fluyen en alas de mediodía
un millón de resplandecientes embajadores de la mañana.
Y nadie me canta canciones de cuna
y nadie me cierra los ojos,
entonces estallo las ventanas
y te llamo a través del cielo.
Echoes
Overhead the albatross
hangs motionless upon the air
and deep beneath the rolling waves
in labyrinths of coral caves,
an echo of a distant time
comes willowing across the sand
and everything is green and submarine.
And no one called us to the land
and no one knows the where's or why's.
something stirs and something tries
starts to climb toward the light.
Strangers passing in the street
by chance two separate glances meet
and I am you and what I see is me.
And do I take you by the hand
and lead you through the land
and help me understand
the best I can.
And no one called us to the land
and no one crosses there alive.
No one speaks and no one tries
no one flies around the sun.
Almost everyday you fall
upon my waking eyes,
inviting and inciting me
to rise.
And through the window in the wall
come streaming in on sunlight wings
a million bright ambassadors of morning.
And no one sings me lullabyes
and no one makes me close my eyes
so I throw the windows wide
and call to you across the sky.